Hola, amiga, si me estás leyendo es porque estás en ese momento mágico que llamamos embarazo y que consiste en que un pequeño ser va a desarrollarse en tu interior durante nueve meses destrozando tu cuerpo por dentro y por fuera. Pero, no te preocupes, porque una vez que des a luz, nada volverá a ser como antes. 

Vaya, perdonad, se me ha olvidado poner el filtro cuqui que parece ser obligatorio cuando se habla de embarazos. Mirad, guapis, ser mamá mola. Pero el embarazo pues… no tanto. Y yo fui una de esas afortunadas que llevó un “buen embarazo” (si no tenemos en cuenta lo de los prolapsos de vejiga y recto que sufrí tras dar a luz, por lo demás todo guay). 

No sé muy bien por qué se tiende a idealizar el embarazo. Si realmente se valoraran las cosas como son, las mujeres seríamos vistas como superheroínas que se sacrifican por la perpetuación de la especie. Porque te guste más o menos, ser madre es un sacrificio del copón. Y eso, que no querría yo pensar, ni dejar caer aquí, que ser madre se romantice para quitar mérito y no valorar lo que realmente supone, eh. 

¿Qué puedes esperar cuando vas a ser madre? 

Vamos a pensar que te quedas embarazada a la primera o relativamente rápido. Aquí nos ahorraríamos el palo de la infertilidad, los problemas de pareja por no quedarse embarazada, los estreses, los cientos de euros gastados en tests de ovulación, vitaminas prenatales y cositas varias. 

 

  • Todas hemos oído hablar de las náuseas matutinas, pero, ¡ay! Afortunadas las que solo tienen náuseas por las mañanas. Porque, la verdad, es que es muy normal tener náuseas todo el día. De hecho, llegando a vomitar en todas las ocasiones. Conozco a una chica que estaba cien por cien convencida de que al día siguiente de parir seguiría vomitando, pues había vomitado todos los días de su embarazo. No fue así, no os preocupéis. 

 

  • También es muy conocido el tema de los antojos llegando a existir esa creencia de que si no comes lo que se te ha antojado, ¡a tu hijo le saldrá una mancha de nacimiento con la forma del alimento en cuestión! Ya os digo yo que no es así, porque entonces mi hija debería haber nacido con un nigiri en la frente. Lo que no es tan conocido es que estos antojos pueden llegar a ser de cosas tan sumamente raras como plátano con alioli o pepinillos agridulces con mermelada de fresa. Lo siento, no pude probarlo, solo pensarlo me daban náuseas (volvamos al punto 1, sí) pero ahí os dejo la idea, las embarazadas que han probado esas combinaciones dicen que están ricas. 

 

  • Tu cuerpo va a cambiar totalmente, bueno, es lo más habitual. Normalmente al decir esto pensamos en si vamos a engordar tantos kilos, pero, en este caso, no me refiero a eso. Lo que va a cambiar, sobre todo, es tu interior. Tus órganos internos se van a mover, amiga. Más que el precio de la luz. Y para esto no hay solución ni remedio, hay que dejar paso a la vida, nunca mejor dicho. Eso se suma con un renacuajo que al principio te mueres de ganas por notar pero que ya para las últimas semanas, querrás llamar a una empresa de desokupación cuando te patee las costillas desde dentro. Créeme que lo hará y no es nada agradable. 

  • ¿Y los ardores dónde te los dejas? Por si fuera poco con lo que llevas (dentro), encima vas a empezar a sentir ardores por cualquier cosa que comas. ¿Arroz blanco? Ardores. ¿Pollito a la plancha sin sal ni na’? Ardores. Yo aquí tiraba mucho de leche o yogures naturales sin más. Pero llegó un punto que empezó a ser insoportable. Decidí comprar unas pastillas naturales que me fueron muy bien y entonces tuve que sufrir algo que aún no hemos nombrado aquí. ¡¡Los médicos en tu contra!! Porque ahora eres un recipiente que contiene un bien preciadísimo. Mi médico llegó a decirme que me aguantara los ardores, que qué estaba haciendo con mi futura hija tomándome esos pastillujos. Repito que eran totalmente naturales. Una cosita más para la lista. La peor, seguramente. 

 

  • Llega un momento del embarazo en el que te sientas con tu pareja a decidir nombres. Ahí es cuando descubres cuánta gente te cae realmente mal. Preseleccionáis un par de nombres y en la siguiente comida familiar o con amigos los comentáis con ellos y viene la fiesta. ¡¡No lo hagáis!! Porque tu tía Paqui dirá que vaya nombre más feo, tu madre cuchicheará que es moderno como se llevan ahora, tu abuela estará a punto del infarto por no haber mantenido el nombre familiar. La elección de nombre debería quedar solo en manos de los padres para evitar rollos. 

 

  • Vas a encontrarte mogollón de listas con cosas que tienes que hacer o comprar (sobre todo comprar) antes de dar a luz. La lista de cosas que llevar al hospital, la lista de imprescindibles para el bebé (nota: lo único imprescindible de verdad son sus padres y ciento veintiocho millones de pañales), lista de *inserte cualquier cosa de moda aquí*. Déjate llevar por tu instinto. Y recuerda que, hoy día, tenemos cualquier cosa a mano. No te estreses por preparar la mochila para el hospital perfecta, a menos que vivas en una aldea recóndita sin ninguna tienda cerca, tu pareja podrá ir a por lo que necesites. Es algo en lo que no nos paramos a pensar y que nos estresa muchísimo, pero, de verdad, que el bebé solo os necesita a vosotros. 

 

  • ¿Vas a dar pecho o lactancia artificial? ¿Cuna en su habitación o en la vuestra? ¿Vais a hacer colecho o no? La gente que te pregunta esto no es por interés, es para darte su opinión en un 90% de las veces. Mi consejo para esto es que les digas que aún no lo habéis decidido, porque ahora no estás tú para que te calienten la cabeza. Si quieres información sobre dar el pecho o el colecho o lo que sea, puedes buscar grupos de madres, preguntar a la matrona… Y, en mi opinión, lo mejor es que hagas lo que os permita sobrevivir. ¿No quieres dar pecho? Pues artificial. ¿No quieres que duerma solo en su habitación? Pues cuna de colecho o colecho. Mi opción fue lactancia materna y colecho y fue una combinación perfecta para poder dormir todos. Pero eso solo es lo que a mí me funcionó y no fue mi primera opción. 

 

  • Parto y postparto inmediato. No tengas miedo a poner límites en las primeras horas de vida de tu bebé. Es un momento muy importante. Si no quieres, no hace falta que aviséis a la familia mientras estás dilatando. No pasa nada por avisarles cuando tu bebé ya haya nacido. Muy probablemente esto va a molestar a la gente por eso mismo que decía al principio, no damos el valor suficiente a lo que una mujer está haciendo en estos momentos. Tú tienes el poder de decidir. Disfruta de tu parto lo máximo que puedas. Deja claras tus intenciones respecto a las visitas en el hospital. Tanto si te encantan como si quieres soledad y tranquilidad. Recuerda que un parto puede durar 1 hora o 24. Y, para la madre y el bebé, no son ni de cerca lo mismo. La gente no te va a entender, forma equipo con tu pareja y manteneos juntos en vuestras decisiones.

 

Solo te quiero dar un consejo si has llegado hasta aquí. El mejor consejo que me dieron para mi embarazo. Si quieres evitar las hemorroides y el estreñimiento, usa un pequeño taburete cuando tengas que ir al baño (tú ya me entiendes). 

Amiga, eres una diosa que está creando un pequeño ser (o varios) en su interior. Tú puedes con todo.

 

La de siempre