Loversizers del mundo, hoy vengo a hablar de una de esas problemáticas que, aunque no se comenten a viva voz, están ahí, entre nosotros, conviviendo escondidas pero muy presentes, como el calcetín del roto a la altura del dedo gordo que siempre se escabulle cuando toda hacer limpieza.
Las expectativas de futuro.
«Pues yo a tu edad salvaba el mundo, y me sobraba mañana para hacer lentejas»
Cuando llegamos a ciertas edades (porque este mal es como las modas, que van y vuelven), se empieza a esperar de nosotros que tomemos ciertas decisiones y hagamos con nuestra vida ALGO. Cosas que determinen el futuro que vayamos a vivir, o como yo las llamo, excusas para salir de la cama antes de las diez.
Y te mirarán mal si osas disfrutar el momento y no vives temiendo el mañana. Y es que, chico, con 30 tacos Pablo Escobar ya era el rey del Cartel de Medellín en Colombia. ¿Y tú? ¿qué has hecho tú? ¿qué dejarás para cuándo te mueras? ¿qué se dirá en tu funeral para englobar una vida plena, satisfactoria y bien aprovechada? ¿Eh? ¿Eh?
¿QUÉ NARICES HAS HECHO CON TU VIDA? Hay múltiples y respetables opciones que te convertirán en un ser humano digno de haber habitado este distinguido Planeta nuestro…
Casarse joven y tener hijos. Hacer estudios superiores y vivir fuera. Conocer el extranjero. Aprender un idioma atípico. Ver en orden y sin saltarse ninguna escena los 252 capítulos de Gata Salvaje. Acabar con alguna especie. Ser presidente (aunque sea de tu comunidad de vecinos). Salir de extra en ‘Amar es para siempre’. Ser famoso. Hacerte rico. Ir a Sálvame. Descubrir la cura para alguna enfermedad. Descubrir un Pokemon Legendario. Conocer al negro del Whatsapp. Whatever.
Pero, ¿qué pasa si lo que quieres hacer con tu vida es, simplemente, nada? Sí, sí, has leído bien. No quiero hacer NADA. NOTHING. RIEN. NICHTS. RES. EZER. NIENTE. ¿Y qué? ¿Acaso no tener aspiraciones estratosféricas está mal visto?
¿Si quiero dejarme llevar por la corriente, estudiar lo que me gusta o trabajar de lo que salga y usar el tiempo libre y el dinero para mis aficiones, sin nada remarcable, sin nada épico, sin destruir horrocrux alguno, estoy desperdiciándome? ¿Me convierte en un inútil no pretender lograr algo que, en realidad, no quiero, algo que no me hace feliz?
Ni me frustro. Ni me amargo
Muchas personas viven muy agobiadas y ven el paso de los años como un recordatorio constante de sus múltiples fracasos. Y creen, erróneamente, que están malgastando el maravilloso don de vivir sin aprovechar el momento para ‘marcar la diferencia’. Pero yo me pregunto… ¿quién dice que una vida vivida sin más, no sea ya una diferencia? ¿Por qué infravaloramos la posibilidad de ser felices, sin más?
¿Acaso no son más las personas que no están en los libros de historia que los que llenan sus enmohecidas páginas? ¿Por qué sentimos que nuestro devenir debe ser más amargo de lo que ya de por sí nos toca? ¿Por qué echarnos sobre los hombros todavía más presión?
Puedes ser creativo y exitoso sin que cuelguen nada tuyo en las paredes del Prado, y puedes sentir que tienes el éxito en las palmas de las manos si eres capaz de irte a la cama cada noche con el convencimiento de que, en las últimas 24 horas, has hecho algo por lo que te merezca la pena sonreír. Y volver a levantarte a la mañana siguiente.
No importa si tienes un trabajo común y haces cosas corrientes, el mundo seguirá girando tanto si salvas una vida, la creas o disfrutas la que tienes.
Lo único que tienes que hacer para que tu vida cuente, es vivirla, ¡qué no es poco!
La la la la
