Buenos días/tardes/noches loversize, podéis llamarme Mía y hoy vengo a contaros 10 cosas que aprendí teniendo SOP.

Empecemos por la base, ¿qué es el sop? Un trastorno metábolico/endocrino que ha venido a este mundo a PUTEARNOS vivas, sí, así en mayúscula. No podía salirme una hemorroide de vez en cuando no, tenía que padecer sop.

Tardé AÑOS en saber qué tenía, qué suponía en mi cuerpo y cómo se trataba. En concreto fueron 5 años de buscar y padecer hasta hoy, 9 años más tarde, habiendo sufrido casi todos sus síntomas, hoy sí puedo decir que lo tengo a raya, y vengo a compartir con vosotras un poco de este trayecto:

  1. Los médicos están más pegados en sop que yo en mates. Me he podido pasear por 10 consultas ginecológicas distintas, 3 endocrinos y 2 médicos de cabecera diferentes hasta llegar aquí. Me planteé seriamente dejar de ponerme bragas para agilizar las visitas. Y en todas las consultas encontraba la misma puta respuesta, que tomase la píldora, que era la única manera de que me bajase la regla y bajase el dolor que sufría con mis reglas. Ya os adelanto que NO es la única respuesta y mucho menos la más indicada en mi caso.
  2. No hay que creerse todo lo que se lee en internet, pero en mi caso encontré todo lo que sé hoy en día, incluída mi actual ginecóloga, a ella también la descubrí gracias a un listado de internet de profesionales recomendados por mujeres con sop. INTERNET 1 – MÉDICOS MEDIOCRES 0
  3. El dolor no es normal. Si hay alguien que sabe lo que es el dolor sin haber experimentado un parto es aquí una presente. No hay adjetivos capaces de ilustraros lo mal que lo pasaba cada vez que me bajaba la regla. 2 días mínimos en cama, 2 pinchazos por regla para poder calmarlos y las pastillas dobladas (con el paso de los años más, por aquello de inmunizarte). Literalmente me ponía de parto, es más, hay estudios que comparan la dismenorrea (dolor menstrual) con las contracciones en el momento del parto, y puedo dar fe. Es cierto que hoy día se sabe que el sop no es culpable del dolor, pero los quistes sí producen dolor, y nadie debería de sentirse mal por terceras personas al sufrir algo así. Me han mirado mal, tachado de débil y quejica, y lo peor? POR MUJERES. Mujeres que tenéis la suerte de no padecer dolor menstrual, un poco de empatía y sororidad, gracias.
  4. La incomprensión. Porque somos muchas, pero en mi entorno cercano no ha abundado nadie que haya pasado por algo parecido a mí, con lo cual la empatía y comprensión han brillado por su ausencia. Si no me baja la regla, “pues mejor ¿no? Así no te duele”, cuando me bajaba la regla, “mujer no te quiero ver pariendo, si eso con un ibuprofeno te quedas nueva”, que cogía peso (porque cogí muchísimo) “eso comiendo menos y moviéndote más se baja”, que estás hasta el moño de que no te den soluciones, “a ver si es que te estás emparanoyando y buscando cosas donde no las hay”… Me daría para otro post entero.
  5. Los kilos y la píldora. Porque sí, la píldora sí engorda. No digo que a todas o en la misma medida, pero a mí y a mi cuerpo desde la primera marca que me mandaron hasta la última (he podido tomar 5-6 marcas diferentes además del aro) y con todas he engordado. Más despacio o más rápido, pero con todas, y acabé hasta el mismísimo de que me dijesen lo contrario, “eso no puede ser, algo estarás haciendo mal (te estarás hinchando a donuts), 2-3kg puede ser pero no 20 (hasta 50 que engordé telita)…” Y un largo etc.
  6. Depresión. Lo peor de este proceso fue la profunda depresión en la que me sumergí. Había engordado casi 30kg cuando mi mente dijo BASTA y cayó. Es agotador intentar encontrar respuestas y soluciones y darte contra una pared, una y otra vez. Como te tachan de histérica y poco a poco todo va dando igual. La parte psicológica es la que más descuidada tenía, y someter a mi cuerpo a un constante estrés, no escucharlo, intentar buscar fuera lo que me estaba diciendo desde dentro, pasó factura. Mirarme en el espejo y no verme, no se lo deseo a nadie.
  7. Que nunca te hagan dudar de ti. Tu cuerpo es tuyo y te manda señales de lo que le pasa y cuando algo no va bien. Yo sabía que mi cuerpo no quería más píldora, que todos los kilos que engordé eran producto de una ausencia de menstruación y una consecuencia de retener líquidos y una resistencia a la insulina (este último dato lo descubrí ya por el 5º año, no tenía ni idea de lo que afectaba la insulina al sop), que todo ese estrés me estaba pasando factura, y encontrarme tantos años con tantas negativas me hicieron replantearme si no me estaba inventando una patología porque no quería ver que realmente no me estaba cuidando. Este punto para mí es de los más fuertes, porque NO me estaba inventando nada, NO estaba equivocada y SI había un trastorno, y no se me oyó porque “no cumplía requisitos” (según mi médico) como para mandarme a un endocrino u a más visitas ginecológicas diferentes para contrastar resultados.
  8. La Resistencia a la Insulina (RI) es la base principal del sop. Un porcentaje muy alto de mujeres con sop padecen RI, producimos más insulina de la que debemos, y ese exceso de azúcar en sangre 1. Se almacena en forma de kilos y grasa alrededor del abdomen sobre todo y 2. Altera al resto de nuestras hormonas encargadas del ciclo menstrual (que son unas cuantas). Trastocan nuestro funcionamiento natural y surgen los adorados excesos de grasa, de acné, caída de pelo (alopecia androgénica), exceso de vello donde no debería (hirsutismo), exceso de cansancio, ausencia de reglas (amenorrea)… Un cuadro estupendo.
  9. Sí hay una manera de mantener a raya los síntomas, y no está ligado a la píldora. La única manera de que todo se encauce es con un cambio en los hábitos alimenticios y de ejercicio. Literalmente somos lo que comemos, y si hay sop, más aun. Una buena alimentación hará que no haya picos de insulina y que no se trastoquen las hormonas, aun así, producimos insulina de más, y cómo hacer que no se almacene? Ajá, moviendo el pandero un poquillo. Ya no solamente para que no haya excesos de insulina, el ejercicio es el mayor antiinflamatorio que hay, y más en las que hemos padecido reglas tan dolorosas (sí, en pasado, llevo 3 años largos sin tener que pincharme por tener la regla ni pasar ni 1 ni 2 días en cama). Llegar a un equilibrio entre la alimentación y el ejercicio, hablo por mí, me ha llevado varios años, leer mucho, meterme en la cocina para no aburrirme de comer siempre lo mismo, probar cosas que antes creía que no me gustaban (por aquello de comer por el ojo). Es un proceso largo, pero a mí me ha cambiado la vida, así, sin más.
  10. Que el cuerpo es importante es indudable, pero no hay que olvidarse de la mente. Nos castigamos tantísimo, nos sometemos a niveles de estrés tan altos y nos fustigamos a un nivel que debería estar prohibido. Debemos de mimarnos, querernos, bajar el ritmo y pensar menos, que tiempo de pensar de más ya tenemos. Echa de tu vida todo aquello que te caliente la cabeza, corta de raíz todo lo que te haga hervir la sangre y mira sólo por ti y por tu cuerpo que es el único que realmente va a estar para ti toda la vida. Comer bien, hacer ejercicio y meditar habitualmente son las simples cosas que harán que hagas las paces con tu regla y tu sop. Pero sobre todo hacerlo por cuidar tu cuerpo porque lo quieres, porque te lo mereces, porque es tu templo, y no sólo por bajar kilos, parece una chorrada, pero cuando dejé de “cuidarme” por bajar peso y empecé a hacerlo por estar sana todo ese estrés se fue y todo fluyó de otra manera.

Han sido muchos los años que he oído por parte de mi gente que debería compartir con el mundo todo esto, ayudar a otras mujeres, y no pensaba que pudiese valerle a alguien, pero me he aventurado a ello después de muchas dudas y he abierto un blog dando toda la información que he ido recopilando en todos estos años contados en primera persona. Si te has sentido identificada solo un poco con esto que acabas de leer, te animo a que pases por allí.

Att. Mía

https://yotambiensoysop.blogspot.com/