Me repatea que las críticas hacia alguien se tilden automáticamente como “envidia”. En este foro se hace mucho. Vienen las usuarias a desahogarse sobre algo que ven en alguien de su entorno que las incomoda, y pasan dos cosas: o la acusan de envidiosa o le dicen que se compre una vida para dejar de meterse en la de las demás, palabra arriba, palabra abajo.

Voy a decir una obviedad: no todas las críticas a la actitud o el estilo de vida de alguien vienen por envidia, aunque lo que hace no te afecte en lo más mínimo. Y, como ejemplo, voy a contar lo que me pasa con mi amiga.

El galán utilizado

Me he ido desapegando poco a poco de una persona que, hace unos cuantos años, consideraba una de mis mejores amigas. Teníamos un estilo de vida y unos intereses similares, pero nos hemos alejado.

Ella, por su atractivo, siempre tuvo éxito entre los chicos. Tuvo una relación intermitente larga y, entre medias, algún que otro rollo. Con todos era orgullosa y obstinada: al mínimo detalle que no le gustara, se enfadaba y dejaba de hablar a su pareja durante días y días. Hasta que lo conoció a él.

El hombre se enamoró hasta las trancas y comenzó a cortejarla con viajes, escapadas, cenas románticas y otros detalles. Bebía los vientos por ella, pero a ella ni fu ni fa. Todas sabíamos que, en realidad, seguía pendiente de su ex. Algún que otro roce tuvo con la nueva pareja del ex, de hecho.

Mi amiga y su nuevo novio, el galán (no galán trasnochado, sino galán galán), estuvieron juntos hasta que ella se agobió, lo dejó y lo bloqueó de todo lo bloqueable para no molestarse en tener siquiera una última conversación. Decía que no la dejaba, que todos los días la llamaba e iba a verla, que nunca salía solo y que ella necesitaba espacio. Que era un pesado, vamos.

Nosotras le dijimos que, si verdad le gustaba, deberían hablarlo e intentar arreglarlo, que seguro que podían llegar a puntos comunes y él estaría dispuesto a respetar su espacio. ¿Su respuesta? “Yo no voy a invertir tanto tiempo y esfuerzo en un tío con el que llevo solo unos cuantos meses”.

Podría haber sido una respuesta normal si no llega a ser por lo que pasó después: semana y media tras la ruptura y los bloqueos, se pusieron a buscar una vivienda de alquiler con opción a compra. ¡Con quien ni siquiera quería hablar! Meses después, la compraron y ahí siguen. Logic not found.

Lo que le pasó a mi amiga es que se veía con 30 y tantos y soltera, sin posibilidad de independizarse sola y, menos aún, de casarse y formar una familia. Era lo que quería y fue práctica. Sabía que el hombre le convenía: es guapo, amable y atento… y posee un envidiable patrimonio familiar. Además, como con su ex ya no tenía ninguna posibilidad, más a su favor.

Estas no son cosas que yo suponga, son conclusiones que hemos podido ir sacando de sus comentarios y explicaciones. Mi amiga utilizó a su novio para tener todo lo que quería en la vida y, hasta ahora, le ha salido bien.

No, no es envidia

Hay hechos que demuestran que lo suyo era pura actitud práctica y nada de amor. No tiene ni un gesto cariñoso con él, y hubo un tiempo en que evitábamos estar con los dos porque ella, si se enfadaba por algo, no tenía reparos en hablarle mal o gritarle delante de quien fuera.

No lo quería, pero lo ha utilizado para conseguir todo lo que tiene ahora. Viven en una casa preciosa, dejó su trabajo con la excusa de volver a estudiar, se quedó embarazada y ahora es ama de casa y cuida de su hijo sin que le falte un solo lujo, porque él tiene un salario de ejecutivo. No lo quiere a él, pero sí la vida que tiene.

Me pregunté el porqué de mi mal juicio sobre ella y pensé que podría tratarse de envidia, así que me informé al respecto. Lo primero, la envidia es solo una emoción que surge por algo y hay que ocuparse, sin necesidad de sentir toda la connotación negativa social que tiene.

Normalmente, la envidia aparece cuando alguien tiene algo a lo que tú no, y a lo que aspiras. Aquí me di cuenta de que lo que sentía hacia ella no es envidia. Tengo un trabajo de mi sector, que me gusta y en el que prospero, y una relación de pareja sana con un hombre del que SÍ estoy muy enamorada. Mi amiga no tiene nada que yo quiera y no pueda tener.

La creencia de justicia

He llegado a la conclusión de que los sentimientos hacia mi presunta amiga tienen que ver con una creencia de justicia: lo tiene todo sin haberse esforzado, solo utilizado vilmente a personas que sí le tienen un amor incondicional.

A todos nos educan de una manera determinada. En mi casa me enseñaron a practicar la honestidad siempre, y a que consiguiera cualquier cosa a la que aspirara por mí misma, con esfuerzo y paciencia, sin pisar a nadie.

No soy mejor que ella, solo hay un desajuste entre mi percepción de lo que es justo y la realidad, por mis propias creencias fruto de la educación que he recibido. Como cuando ves que tu vecino, el que defrauda a Hacienda todos los años, tiene para comprarse un piso en la playa.

No, amigas, no siempre es envidia, dejad de decirlo. Son valores.

Anónimo