¡Hola de nuevo queridas lectoras! En esta nueva entrega y en la siguiente os explicaré un par de historias de chico conoce a chica que, sin que sirva de precedente, dieron lugar a parejas consolidadas que aún continúan hoy en día. Aunque esta sea una sección de desamor, si la historia es más bien amorosa pero vale la pena, pues también se puede explicar, ¿no? Si te apetece leer historias de desamor y no has leído el anterior artículo puedes hacerlo aquí.

La primera historia es de Jennifer que nos escribe desde Detroit, en Estados Unidos:

<<Hace muchos años trabajaba en urgencias sociales y una de las tareas del servicio era dar la entrada en los albergues para personas sin hogar. Una noche nos llamaron de uno de los albergues para decirnos que los miembros de uno de los grupos que habíamos alojado allí habían llegado muy borrachos y habían estado un rato alterando la convivencia del resto de personas. Como no les dejaron quedarse, nos informaron porque sospechaban que quizás irían a nuestra oficina a quejarse. Justamente en ese momento en el servicio solo estábamos 2 personas y eran ya las 11 o 12 de la noche así que decidí informar a mis superiores. Me dijeron que llamará a la policía local ya que siendo un servicio municipal seguramente nos mandarían alguna patrulla. Y así fue, ya que un rato después llegaron Ben y su compañero subidos en sus motos. Nos invitaron a un café y, aunque nosotras acabábamos de ir a buscar unos que decidimos esconder, aceptamos la invitación. Charlando, charlando la noche pasó sin que llegará ningún grupo de borrachos, pero yo conocí al amor de mi vida. Después de esa primera noche, Ben vino varias veces a visitarme y una de esas visitas fue en una noche de verano en la que el aire acondicionado de la oficina estaba muy fuerte. Yo era jovencita y no sé por qué tenía por costumbre llevar sujetadores de esos que aguantan más bien poco y mis pezones decidieron hacer un “Jennifer Aniston”, haciendo honor a mi nombre. La frase de Ben cuando me vio nada más entrar en la oficina fue. “¿Tienes frio o te alegras de verme?”. En su momento me puse más roja que un tomate y no supe ni que responder, pero con los años he llegado a la conclusión de que seguramente fue tanto el frio como la alegría de verle ya que llevamos juntos más de veinte años y tenemos una hija que ya me saca más de una cabeza.>>

¡Toma ya! De la historia de Jennifer de Detroit saco varias conclusiones. La primera es que nunca sabes quién puede ser el amor de tu vida, así que piénsalo bien antes de rechazar un café o lo que sea cuando alguien te invite. La segunda es que el movimiento “free the nipple” tendría que contemplar los “free the nipple” involuntarios que suceden con esos sujetadores que encima casi no sujetan nada. La tercera y última sería que parece que Ben tiene mucha seguridad en sí mismo y eso es algo que para ligar pues siempre va bien. Eso sí, soltando ese tipo de frases algún que otro bofetón te puedes llevar, así que ¡ojito! Por cierto, espero que hayáis pillado la referencia a Jennifer Aniston y a sus pezones, si no es así quiere decir que no habéis visto “Friends” y en ese caso no sé cómo podéis vivir. Ya estáis tardando en ver la mejor serie de la historia, ¡es una orden!

Bien, hasta aquí el artículo de hoy, ¡próximamente más! Si te gustaría que diera forma a alguna de tus historias de des(amor), puedes mandármela a través de Weloversize o de mis redes sociales. ¡Hasta pronto!

La Doctora Desamor

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