Hay determinados momentos en tu vida en los que no te sientes a gusto contigo misma. Y proyectas el ideal que quieres conseguir- muchas veces imposible y poco realista- en una prenda. Intentas rellenar el vacío y la sensación de que las cosas no van bien contigo misma comprando bienes materiales. Puede parecer extraño, pero es una práctica que llevan a cabo muchas personas en nuestro país.

Cuando no estás cómoda con tu cuerpo o con algo que hay en ti, intentas evadirte, suprimir esa sensación comprando. Y esas escasas horas en las que la satisfacción te dura, se vuelven adictivas.

Crees que por comprarte unos zapatos nuevos o una blusa bonita, va a cambiar aquello que no te gusta de ti. Que vas a triunfar y que los demás te van a ver de forma diferente. Y como cualquier sustancia o acción a la que te has vuelto adicto, disfrutas de un momento álgido, pero luego la sensación desciende en picado, y vuelves a sentirte igual de mal que al principio, notando de nuevo la necesidad de volver a comprar, de conseguir algo que te arregle por dentro.

19

 

Si te sientes identificada, en primer lugar tienes que saber que no estás sola. No eres la primera persona que se siente así. Principalmente somos mujeres – convivimos bajo más presión para estar siempre perfectas y si a eso le sumas que no somos como los estereotipos televisivos y del mundo publicitario nos hace creer que debemos ser, es lógico que seamos las primeras en padecer este tipo de situaciones.

Muchas veces esto no tiene por qué estar asociado a un trastorno psicológico – lo primero que deberías hacer es analizar hasta qué punto esta situación afecta a tu vida, cual es el grado de intrusión que tiene. Si llevar a cabo esta práctica te ha supuesto problemas financieros o si tienes algún trastorno asociado como depresión, deberías consultar a un especialista. Si consideras que no es algo grave, que simplemente es el resultado de una situación de estrés en tu vida, mi consejo es que te sientes, que respires y que seas consciente de tu situación. Piensa si esa es la vida que quieres llevar, si crees que acumular cosas materiales va a solucionar alguno de tus problemas. Intenta llegar a la raíz del asunto, al epicentro del odio que sientes hacia ti misma.

¿Por qué necesitas verte mejor? ¿Por qué tienes que compararte con otras personas, intentar superarlas?

 


sara

 

Piensa que quizás, hay algo en tu vida -o en ti misma- que no te gusta. Puede ser que no seas feliz en tu entorno, que utilices el ir de compras como manera de escapar de la realidad o de ti misma.

Muchas veces sólo necesitamos ser valientes. Valientes por dentro, con nuestros propios sentimientos, y valientes con los demás. Si no eres feliz, si es un estímulo externo el que te induce siempre a dar más y más de ti misma, a estar a una altura imaginaria – lo hagan conscientemente o no, simplemente vete. Puede ser difícil cambiar de vida – sobre todo si son situaciones laborales. Pero muchas veces el motivo puede reducirse a que no estamos cómodos, no nos sentimos queridos e importantes con nuestra pareja, nuestros familiares o nuestro círculo de amigos. Cambia, encuentra tu razón,  tu lugar seguro. Encuentra a esas personas con las que no necesitas absolutamente nada material porque te das cuenta de que para volar, para ser feliz, no necesitas peso en la mochila.

Si sientes que lo que no encaja eres tú, te queda un largo proceso de aceptación y valoración a una misma, pero puedo prometerte, amiga, que por más piedras que te encuentres en el camino y por más difícil que parezca, merecerá la pena.

40d326fe51245456b8619cd704a4c5f3

 

Todas las ilustraciones son de Sara Fratini.