Soy un ser humano que se equivoca, que tropieza con la misma piedra, que cambia de rumbo 10 veces  y que la lía parda. Pero entre mis defectos no está la envidia. Lo estuvo cuando moza, pero desde que tengo una autoestima sana, madura y una perspectiva feminista, la saqué de mi vida (ole mi chichi).

La envidia es caca, para empezar.

Además la gente envidiosa me da penica porque se creen que no se les nota y, para su desgracia, sí. Digo para su desgracia porque la envidia es el signo de debilidad e inseguridad más evidente que existe.

La gente que envidia suele tener en su haber alguna (o todas) de estas características:

  • Van de superiores: siempre les verás impolutos, nunca reconocerán que no les queda pasta, ni que están pasando una mala racha. Su vida de cara a la galería es perfecta…
  • No dejan de criticar y compararse: da igual el tema de conversación: lo suyo siempre será mejor y lo de los demás, objeto de burla. El restaurante será siempre mediocre y el bolso de la de enfrente, seguro que del Ali Express. Esto lleva al primer punto: ellos, perfectos. Los demás, ridículos.
  • Tienen la autoestima por los suelos o por las nubes: si la tuvieran normal, no serían envidiosos. Puede que no vayan de superiores, sino que realmente piensen que lo son. También puede que si no van de superiores, les coma la mierda y no sepan relacionarse. (Ya os he dicho que los desgraciados son ellos, no sus objetos de envidia).

Identificar a estos seres y mantenerles lejos puede no ser fácil, pero ¿para qué estoy yo aquí?

Identificación de envidios@s

  • Te hacen un repaso de puta madre según te ven: y sí, comentarán después. No dejes que te afecte.
  • Admiran algo tuyo (su objeto de envidia) pero el comentario será despectivo, burlesco: en el mejor de los casos, preguntarán dónde lo compraste/cómo lo hiciste; nunca dirán que les gusta. Y menos dejarán que los demás lo sepan.

  • Criticarán que te lo tienes muy creído. Sin argumentos, pero será lo que le hagan creer a quien les quiera escuchar. Se creen que te ves como ellos te ven: mejor (aunque ni muertos lo reconocerán). Porque la humildad no la conocen y piensan que el resto, tampoco.
  • Te recuerdan tus complejos delante de los demás de manera sutil: ‘no es para tanto mujer, en vez de una 42 usarás una 44 una temporada y ya está’. Tranquila, bonita. Yo me adoro independientemente de mi talla. Ojalá tú pudieras comprar el pan sin ponerte las pestañas postizas.

  • Disfrutan viéndote en situaciones comprometidas. Y la verdad es que te ven en bastantes, porque están pendientes de ti #tolrrato. Son así de tristes.
  • Quitan importancia a tus éxitos y de paso, se burlan de ti.Nos ha jodido, yo también me saco una carrera trabajando 8h al día, si no tengo amigosJAJAJA’.
Cómprate una vida.
  • Te adulan falsamente. Y esto lo intercalan con ni saludarte. Hay días que pueden esconder su envidia, y hay días que no.
  • Se copian a menudo de los demás. ‘Los demás’ pueden ser las modelos de Zara, David Beckham o su vecina la divina.

En fin. Que estamos rodead@s de gente así y no hay mucho que hacer.

Bueno, ellos, sí: trabajar su autoestima.

 

Yo, muy rollo Gandhi, diré que la mejor arma siempre es una sonrisa.

Claro, que si la cosa se empieza a salir de madre, un ‘vete a la mierda’ no tiene naaada de violento.

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