Recuerdo con vergüenza aquella época en la que discutir/debatir consistía en quedar por encima de los demás. ¿Plantearse que tengan (algo de) razón? Pa qué, si es que no tiene ni puta idea, a ver cuantas veces más tengo que explicárselo.

nomejodas
Qué vergüenza, sí.

Fue mi pareja quien me hizo comprender que mi lenguaje, verbal y no verbal, mis formas y mi discurso en general eran bastante prepotentes, y lo que es peor: hirientes. Y sí, conseguí ponerme en el lugar del otro, abrir los ojos y ser quien quiero ser: cualquier cosa menos dañina. Pero cuesta, eh?

Hay mucha gente que reconoce que lleva un ogro dentro, pero no sabe cómo cambiarse a sí mism@. Nos ha jodido mayo, que diría mi madre. Es que es complicado asimilar lo imbécil que has podido llegar a ser a veces, chati.Si yo sé que esto está mal, pero no lo puedo evitar, soy así, blablablá.”

sirius
Y yo que a los “soy así” les echaba una de estas.

Entonces, las preguntas del millón son: ¿cómo lo hago? ¿no tengo remedio? Sí, mona, para suerte del resto, sí. Pero hay que reconocer algunas miserias antes, y con miserias me refiero a: “No, no tengo una autoestima sana y sí, a consecuencia de ello tengo mil inseguridades.

Una vez reconocido esto, habrá que identificarlas (por el físico, por incompetencia en x ámbito, por inexperiencia, por pensar distinto a la mayoría…) y finalmente, intentar borrarlas. ¿No podemos sol@s? Bien, hay un entorno alrededor que puede ayudarnos, incluso (¡oh!) hay profesionales cuyo trabajo consiste en restablecer nuestro bienestar: los psicólogos. Así que vale ya de excusas, titis. La vida se vive mejor con otros ojos.

Cierto es que la sociedad no está por la labor de ayudarnos: la competitividad (por el mejor puesto, por el mejor look, por el mejor cuerpo…) que se nos inculca nos hace ser insegur@s, sentirnos fracasad@s en ocasiones y, en resumidas cuentas, sufrir. He aquí la raíz de muchos problemas de salud (anorexia y bulimia, depresión, ansiedad, “yos ogros”, etc).

Y esto tiene una explicación: Nos quiere consumiendo (másters, maquillajes, gimnasios, productos light, ropa superultracool…). Hay más focos de problemas: familias demasiado rígidas (o demasiado blandas) y/o relaciones tóxicas en cualquier ámbito, también nos minan la moral.

Pero, queridxs, a pesar de la sociedad, de los padres, de los amigos, cada uno debe arreglar su autoestima, su anterior versión; por una parte para no dañar, para hacer feliz a quien nos quiere, nos respeta y nos valora, y por otra parte, para saber que nos merecemos ser queridos, respetados y valorados; jamás dañados. Y si además promulgamos (con palabras y sobretodo con actos) el r-e-s-p-e-t-o (body positive, feminismo, solidaridad, empatía…) mejor que mejor.

 ¿Suena a fumar flores? Un poco. Pero creo que debemos intentarlo.

Imagen destacada