Toda mujer que se precie, a lo largo de su vida ha tenido una obsesión “hombruna”,  a unas les da por los guardiaciviles, a otras por los bomberos, a otros por los policías nacionales y a la “nenita” le dio por los hombres negros. Sí, los negros, me daba igual si era guapo o feo, era ver una piel negra como el azabache, estilo rey mago Baltasar que mi cuerpo y todos mis instintos se prendían en llamas. ¡Agua por favor!

Según mi psicóloga los pensamientos obsesivos eran lo mío, yo simplemente me defiendo diciendo que soy muy cabezona y cuando algo se me mete en la cabeza…hasta que no lo consigo no paro.

Pues ahí estaba yo con esa idea obsesiva de “hombre negro” en mi cabeza. Veía películas cuyos protagonistas eran actores negros, iba a discotecas que frecuentaban chicos negros, en las aplicaciones para ligar hacía los filtros de solo hombres negros, tal era mi perseverancia y constancia, que a los pocos meses lo encontré.

¡¡¡Hombre negro a la vistaaaaaa!!!

Uno noventa y cinco de hombre, abdominales como una tabla de lavar y negro negro como él solo, no negro café con leche…negro negrooooo. Nos separaban unos cuantos kilómetros y un océano de por medio pero… ¿era eso impedimento suficiente para esta nenita obsesionada con su hombre negro?.He-Has-Ability-Say-Exactly-What-Youre-Thinking

Tras meses de charlas interminables, más largas si cabe porque había veces que no lo entendía ni con traductor simultaneo, y preguntas tales como, ¿qué podría perder?, ¿arriesgarse es de valientes?, ¿será una experiencia más? En la que mi parte racional intentaba valorar de forma racional la posibilidad de ir a conocerlo y otra parte de mí se perdía entre pensamientos húmedos dejándome llevar por mi imaginación de cómo sería el momento en el que su cuerpo y el mío se encontraran, los pensamientos húmedos o positivos ganaron la batalla a los negativos, y me decidí por cruzar el charco e ir al encuentro de mi hombretón negro.

Cuando llegué, ahí estaba él, esperándome en el aeropuerto, ¿diferente?, ¿igual? ¿más mono?, ¿menos mono?, nos habíamos visto en contadas ocasiones vía Skype, ¿cómo no iba a ser diferente?. Realmente no lo había visto nunca en persona. Después de un scanner de arriba abajo y de la mejor voluntad para disfrutar del momento, nos fuimos hacia los pequeños apartamentos que había alquilado para relajarme y disfrutar de la isla como una diva y su hombre.

Todo surgió o me dejé querer, el ambiente en la isla era inmejorable, la atracción era mutua y conseguí superar la primera noche sin que su talla XXL produjera un trauma en mi retina.-Ya me entendéis- Ohhhh Dios!!!!

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Sin darnos cuenta había pasado la semana idílica y nos teníamos que volver a separar, llegaron meses de una relación a distancia. La distancia, esa que hacía que los sentimientos y las necesidades se acrecentaran cada vez más. No sé cómo, en unos meses me vi con mi hombre negro sentado en mi parte del sofá en mi casa cuqui de soltera y comiendo en mi mesa.

La obsesión ya no era tal y los sentimientos iban disminuyendo al tiempo que me daba cuenta que mi hombre no movía ni un solo dedo y que yo, si no tenía suficiente con tener que sacarme las castañas del fuego solita, se me había adjuntado cual mochila a la espalda sin avisar.NEYTP0p

El resto ya os podéis imaginar cómo acabó, mi obsesión se desvaneció del mismo modo que empezó, en un abrir y cerrar de ojos.

Echando la vista a tras lo cuento con una sonrisa en la boca y unas cuantas carcajadas, aprendí que lo importante es aprender de la experiencia!! Obsesiones al viento!! Y a disfrutar!!! Las obsesiones igual que los miedos son libres y sólo se superan enfrentándote a ellas!!!

Últimamente me está llamando mucho la atención el camarero japonés del bar de debajo de mi casa. Lo mío es conocer otras culturas y lo demás son tonterías <3

To be continued (con japonés o sin él).

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 AUTOR: Bewonac.