Estoy de acuerdo con Emeyele. Yo tampoco me acepto gorda y hago lo que sea para perder peso, y es un error. Tengo que quererme como soy, y después adelgazar si es lo que quiero. Porque yo he adelgazado varias veces, y no soy más feliz pesando menos. No me veo mejor, aunque me da menos inseguridad salir a la calle e interactuar con la gente, pero sigo sin quererme. Sólo me veo mejor cuando he vuelto a coger kilos y veo fotos de «antes» donde pesaba menos y me veía igual de gorda que con los kilos de más. Porque el problema está en mi cabeza.
Mi cuerpo tiende a acumular kilos, y yo tengo que aceptarlo. Eso lo primero. Y yo, sigo siendo yo, con 15 kilos más o 15 kilos menos. La gente que me quiere, me quiere lo mismo cuando he engordado, que cuando adelgazo, se preocupa igual por mí, se ríe igual conmigo, me cuenta igual sus problemas, escucha de la misma manera los míos, me apoya incondicionalmente. Nadie me quiere más cuando peso menos (y los que lo hacen no tienen sitio en mi vida). La única que no se acepta a sí misma, que se desprecia, que se juzga a diario, que se insulta cuando se mira al espejo soy yo. Y por ese camino no voy a ningún lado. Podría pesar 40Kg y mirarme al espejo y seguir despreciándome, viéndome mal, y pensando que no merezco el aire que respiro. Si no cambio eso y empiezo a pensar que soy una tía de puta madre, que tengo una sonrisa preciosa, que pongo mucho esmero en estar linda incluso con todos los kilos que me sobran, que soy inteligente, que tengo mucho sentido del humor y hago sentir bien a quién está a mi alrededor… por muchos kilos que pierda seguiré siendo una amargada.
Tengo que amarme primero, y luego ya adelgazar, porque me gusta más la ropa que me pongo cuando peso menos, porque me siento mejor físicamente. Pero no debo sentirme mejor psicológicamente por querer adelgazar. El peso no afecta a la mente. No te vuelves tonta por engordar. No te vuelves una bola con dientes, no pierdes tus hábitos y tomas otros malos. Eso es lo que creen los gordófobos y lo que hay que cambiar. Porque seguimos siendo la misma persona, sólo cambia nuestra talla. Y tenemos todo el derecho del mundo a querernos, a respetarnos, y a que nos quieran y nos respeten. Cualquier cosa que hagas después, la haces porque te apetece, pero no para quererte más y sentirte más aceptada.