Me pilla muy a mano (en la Calle Fuencarral), así que de vez en cuando me gusta ir a darme paseítos por Hema (si no os suena, aquí tenéis post dedicado). Es imposible salir de allí sin nada, y en mi última visita cayeron un par de libretas, gomas para el pelo y este preciosísimo wok.
Llevaba ya tiempo pensando en comprarme uno pero siempre acababa pensando que ocupan demasiado en una cocina no muy grande como la mía. Con esto de la healthy life ya estaba casi decidida y el color de este de Hema acabó por convencerme. Ahora que lo tengo en casa me dio por investigar. Tenía claro que algunas comidas (tipo salteados) salen más ricas que en sartén, pero resulta que cocinar con wok tiene muchos más beneficios de los que esperaba:
1. Es una herramienta muy versátil: puedes saltear, freír, cocer y hasta cocinar al vapor. Probablemente acabes usándolo mucho más de lo que imaginabas cuando lo adquiriste.
2. Se necesita muy poco aceite. Realmente y dependiendo del producto que vayamos a cocinar, a veces ni tan siquiera es necesario. Usa siempre espátulas especiales para no rayar la superficie antiadherente y conseguir que la comida no se pegue y el wok dure más.
3. La forma del wok y la distribución del calor hace que sea una forma muy rápida de cocinar. Sí, más que en sartén o cazo.
4. Además es la única herramienta con la que conseguiremos texturas crujientes en verduras y hortalizas. Si te gustan las proteínas doraditas (pollo, tiras de ternera…), también será mucho más fácil conseguirlas. Por si fuera poco, esta forma de cocinar hace que los alimentos mantengan todas sus propiedades. Si quisiéramos algo similar en una sartén necesitaríamos mucha más cantidad de aceite.
5. En resumen, es más baratito: cocinar más rápido implica menos energía y menos aceite.
Y si ya estáis pensando en compraros uno o sacar el vuestro del armario, DeRechupete tiene unas cuantas recetas con wok de esas de babas instantáneas. Yo hoy he saboreado unos riquísimos pinchos andaluces al wok con arroz integral… ¡delicioso!
