5 cosas que desearía haber sabido antes de ser mamá

1) Los niños tienen personalidad: somos lo suficientemente ingenuas como para creer que nuestros hijos serán exactamente como los imaginamos, y hasta nos damos el lujo de jactarnos de ello. Antes de ser mamás decimos cosas como: “mi hijo no me hará esos berrinches, mi hija siempre estará peinada y bien arreglada, va a jugar tal deporte” y que se yo.

Pues noticia de primera plana: ellos son seres humanos, como tú y como yo, solo que más pequeños. Y si, tienen una personalidad que dictara qué cosas les gustan, cuales detestan, su temperamento y demás. ¿O acaso no hemos visto dos hermanos de mismos padres, con la misma crianza, resultar ser completamente diferentes?

Es una fantasía creer que nuestros pequeños serán exactamente como los imaginamos, porque, así como se formaron sus piecitos y nariz en el vientre, también se formó su cabecita y por excelente que sea su crianza o estrictos que seamos como padres, su carácter o personalidad no van a depender únicamente de lo último y hay detalles que ya vienen listos de fábrica. 

ser mamá

2) Las madres no cambiamos ni maduramos instantáneamente: es completamente falso que segundos después del parto o la cesárea nos convertimos en mujeres diferentes, seguimos siendo las mismas que antes, con una nueva y abrumante responsabilidad.

¿Pero en qué cabeza cabe que en ese par de horas que tardamos en dar a luz pasan un interruptor en nuestras cabezas y de pronto somos más maduras, más responsables y pacientes que el día anterior? Los cambios llegan, sí, pero con la responsabilidad de la maternidad, al ser mamás, y no simplemente con el hecho de expulsar al bebé fuera de nuestros cuerpos. 

 

3) Los errores pesan más: ese mismo crecimiento por lo general viene acompañado de un sentimiento nuevo: la culpa de no estar dando un buen ejemplo. Después de ser mamás, esas veces en que nos desvelamos pensando en todo lo que hemos hecho mal, se multiplican, porque todo un nuevo repertorio de cosas se ha convertido en causal de culpa: el decir una mala palabra, el comer algo poco saludable, ver una porno o pasarte de copas; se convierten en algo más pecaminoso de lo que era antes de ser la madre de alguien. 

 

4) Vas a extrañar tu vida anterior (y sentirte culpable por ello): por cosas válidas como estar absolutamente abrumada o cansada, o por tonterías como querer unos momentos a solas con una copa de vino y una buena película, pero vas a querer que las cosas sean como antes.

Sí, antes de que llegara esa personita, de ser mamá, antes de toda esa responsabilidad y por supuesto, vas a sentirte una madre de mierda por ello. 

 

5) Vas a repetir patrones, lo quieras o no: ¿Cuántas veces no hemos dicho, al ver alguna actitud de nuestros padres “Yo nunca haría eso” o “No voy a ser así”? De seguro al menos una vez, pues te voy a spoilear la maternidad por si aún no tienes la dicha, vas a hacer esas cosas que tanto te chocaban de tu madre o de tu padre, al menos algunas, porque así nos enseñaron y nuestro subconsciente lo registra, por supuesto que te vas a dar cuenta de ello, o puede que no, pero como dice el refrán, los viejos hábitos son difíciles de matar. Es lo que tiene ser mamá.

 

Danellys Almarza