Todos tenemos días malos. Nadie vive en una agenda de Mr Wonderful. En mi pueblo, a esos días malos se les denomina “días encabronados”.

No dirijo este post a personas con problemas serios (que cada uno interprete lo que para él mismo implica la seriedad) ni tampoco pretende ser una cura psicológica. Ni estoy capacitada ni se me ocurriría dar consejos de los que no tuviera absoluta certeza.  

En estos días o épocas de la vida en la que todo parece ir en tu contra. Todo es malo. Nada merece la pena y sólo sabes entonar quejas como tono personal, puedes encontrar a tres tipos de personas entre las que te rodean:

  1. Los que te abren los brazos y ceden su hombro para poder llorar en ellos.
  2. Los que se apartan, luego, por pura lógica APÁRTATE.
  3. Los realistas y tajantes ( QUE TE QUIEREN)

Hoy vengo a hablaros de este tercer grupo de personas NECESARIAS en nuestras vidas, que van mas allá y quieren ayudarnos y no destruirnos.

Siempre he pensado que cuando una persona estaba mal, no estaba a gusto con su vida o vivía en un bucle negativo, había que reconfortarla. Apoyarla. Abrazarle. Contarle que no todo era tan malo y que como decía Natalia Jiménez “todo va bien aunque no te lo creas aunque a estas alturas un último esfuerzo no valga la pena”. Aunque de esta canción yo he sido más de  quedarme con los tequilas, para qué engañaros.  Pero eso es otro tema.

Pero a lo largo de mi existencia he comprendido que no es la actuación más adecuada en todos los momentos vitales.  Y es que, muchas veces, necesitamos un empujón extra en la vida. Un comentario, que, en el momento, puede parecer poco afortunado. Pero, créeme, si te lo tomas bien, puede ser tu fortuna. 

No es agradable que en el momento dramático del día, alguien nos pare y nos diga: “colega que no estás tan mal, espabila”. Sobre todo para aquellas personas que viven en la canción del Kanka de “ lo mal que estoy y lo poco que me quejo”. Pero es menos agradable que nadie se preocupe de recordarte que estás vivo, que no estás aprovechando el tiempo en algo útil y que la etapa de hundirte en tu propio bucle negativo ha acabado. 

Hoy os traigo una recopilación de esas frases, que, aunque, no nos gusten, pueden ayudarnos. Y la ayuda bien intencionada, aunque no sea con la mejor de las formas, NUNCA PUEDE SER OMITIDA. 

  1. YA  TE SABES EL PROBLEMA. CUANDO QUIERAS HABLAMOS DE LA SOLUCIÓN.

Y , es que sí, amigas y amigos, cuando tenemos un problema en nuestra vida que se convierte en un drama, todo gira alrededor de él. Dormimos mal, comemos mal, no nos sabemos relacionar bien… Todas las conversaciones empiezan y acaban en el mismo tema. No vemos más allá. ¿ Te pasa otra cosa más mala? Culpa del problema. ¿ Tienes algo feliz en tu vida? No es tan feliz como para olvidar el problema. El problema es más molesto y recurrente que algunos ex, y ya es decir. 

Así que no está nada mal que alguna persona cercana, te corte de raíz, te diga que no quiere saber nada más de lo que ya sabe y que empieces a buscar la solución. Que a veces nos olvidamos que lo único que no tiene solución en esta vida es la muerte.

  1. ¿APARTE DE QUEJARTE, PODRÍAS HACER ALGO MÁS?

La “quejaditis aguditis” como enfermedad del siglo XXI. Nos quejamos de todo. Desde las cosas más nimias, como el tiempo, hasta las cosas más profundas como el sentido de la existencia (y por qué la existencia nos odia). Nos convertimos en seres egoístas que no vamos más allá de nuestra propia emoción de negatividad  y todo lo transformamos en un pozo de oscuridad. Ya podíamos convertirnos en el Rey Midas al menos y transformarlo en oro. Tristes pero ricos. Llorando pero en un Bugatti vestidas de Chanel y camino al jet privado para viajar a Dubai. 

 

  1. ¿ Y  TE VAS A CONFORMAR CON ESTO?

Esta es una de las más dolorosas. Cuando la otra persona sabe que no eres feliz porque, o te falta o te sobra algo en tu vida. Tú lo sabes también pero no asumes que puedes cambiarlo, poniendo un poco más de tu parte. Y, es que, hay tantas alternativas de vida o formas de mejorar una situación como longanizas ( ¡ Y días, no nos olvidemos).  Tiempo tenemos el que queramos y una mala racha no significa una mala vida.

  1. ¿ POR QUÉ TE QUEJAS SI ERES TU LA QUE SIGUES CON ÉL?

Esta es muy necesaria en aquellas situaciones en la que la otra persona tiene una venda en los ojos. Podemos quejarnos de la persona que hemos elegido como pareja. Por su falta de detalles, por su incompatibilidad con nosotras y nosotros, con  su mal comportamiento, por sus mentiras, sus engaños o traiciones. Pero, si seguimos con esas personas, estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado. Y es necesario, que, alguien ajeno, ponga la red para recoger alguna piedra y tirárnosla a la cara ( no en el sentido literal, por favor).

  1. NO TE CONVIERTAS EN UNA VÍCTIMA PARA LOS DEMÁS.

Y termino con esta. Es FUNDAMENTAL que seamos responsables de nuestros problemas  y de cómo los expresamos. No por lo que pueda decir la gente si no por lo que podamos decir de nosotros mismos y nuestra forma de enfrentarnos ante las adversidades, que, haberlas haylas. 

Así es el mundo, amigos, y hemos venido a jugar. Así que seamos las mejores versiones de nosotros mismos y  dejemos que, aquellos que se preocupan por nosotros (o un tercero que lo haga sin mala intención) nos ayuden sea la forma que sea.