La vida está llena de lecciones que vamos adquiriendo con el tiempo y que son intransferibles. Todos tenemos que aprender por nuestra cuenta, ya que hay cosas que, a lo mejor por cabezonería o por el simple hecho de la juventud, nos negamos a escuchar hasta que las entendemos. Estas son las mías, mi pequeña recopilación de filosofía vital.

¿Cuáles son las tuyas?

La felicidad está en los pequeños gestos

No esperes que te llegue la felicidad de golpe, porque no llega en un momento Disney con fuegos artificiales y flashmob incluido. La felicidad no es una gran explosión de fuegos artificiales, sino más bien una bengala. Tumbarte en el sofá a ver una película con tu familia como cuando eras pequeña, darte una ducha de esas laaaargas pensando en la vida, hablar hasta las tantas con tu mejor amiga sobre lo gilipollas que es la gente, bailar a lo Carlton por la habitación…Eso es la felicidad, los pequeños momentos.

En cualquier momento se puede ir todo a la mierda (olé ahí el optimismo)

No importa cuántas veces hayas pensado en todas las opciones posibles antes de tomar una decisión, incluso las cosas más seguras en tu vida se pueden desmoronar. La vida consiste en saber adaptarse, en ser flexible y saber que, aunque todo pueda salir mal, hay dos maneras de verlo: como un error horrible o como una experiencia de la que aprender.

Tú eres la única responsable de tus acciones

Tú, amiga mía, te tienes que ocupar de tus mierdas, porque nadie lo va a hacer por ti. El conformismo es una de las peores cualidades que hay. Tienes que luchar por tener la vida que quieres, adaptarte a situaciones difíciles, aceptar las derrotas pero no darte por vencida. El victimismo no va a ayudarte. Si quieres cambiar tu vida, deja de quejarte, coge tus cosas y tira pa’lante. Así, incluso cuando todo sale mal, podrás decir que, por lo menos, hiciste todo lo que estaba en tu mano. Y tu conciencia estará tranquila.

Intentar evitar la tristeza es inútil

A todos nos da miedo estar mal, pero no hay sentimiento del que se pueda aprender más que de la tristeza. A veces, tener una mental breakdown de campeonato te ayuda a ver qué te pasa y a limpiarte por dentro. Como bien dice la filosofía OT, “Pa’ fuera lo malo, no, no, no” (Aitana War, 2018). Estar abajo del todo te ayuda a impulsarte porque, total, cuando alcanzas el fondo, ya solo puedes ir para arriba, ¿no?