1. Adaptas tus horarios a los suyos

Vivimos en unos tiempos bastante complicados, ahora todos tenemos mil cosas que hacer a diario y quedar con tus amigos/pareja/follisqueo de turno es una odisea. Para poder quedar con alguien tenéis que rebuscar un hueco en la agenda para poder coincidir ambos, si siempre eres tú la que sacrifica lo que tiene que hacer por adaptarse al otro. ERROR 404.

2. No eres capaz de comunicar cómo te sientes 

Si estás con una persona con la que no eres capaz de compartirte, de comunicarte, de poder pronunciar todas las cosas que te pasan por dentro: ahí no es. Si todo lo que hay en esa relación, silencios y miedos de mostrarte como realmente eres, algo va mal, cariño.

3. Siempre priorizas sus gustos a los tuyos

Si a ti te apetece ir al teatro, a esa persona le apetece ir al cine y acabáis yendo al cine absolutamente siempre, MAL. Si a ti te gustan las películas de acción y a esa persona las comedias románticas y te has visto el diario se viste de prada nueve veces, ahí pasa algo. Si a ti te apetece cenar fajitas, a esa persona le apetece hamburguesa y te has zapado seis burguers este mes… Huele mal.

4. Todos los problemas con esa persona se te hacen cuesta arriba

Las discusiones, los desacuerdos, los encontronazos forman parte de la vida y se tienen con absolutamente casi todo el mundo que realmente forma parte de tu vida. Es normal discutir, pero no se tiene que acabar el mundo cuando hay una diferencia de puntos de vista. Si cada vez que hay una movida a ti se te abre el mundo bajo los pies, es una clara señal de que algo no va bien.

5. Siempre eres tú quien pide perdón 

Entiéndase perdón con ser la persona que da el primer paso para arreglar las cosas, quien se acerca primero, quien vuelve con el rabo entre las piernas suplicando cariño. En una relación, del tipo que sea, siempre hay que ceder, pero ambas partes. El trabajo aquí es de dos, no solo de uno.

6. Te sientes su sombra

Cuando pierdes tu persona, tu protagonismo, tu lugar en el mundo y la autosensación que tienes sobre tu ser es la de alguien que está bajo el ala de alguien, que se mueve dependiendo de cómo la otra persona se mueva, que adapta cada átomo a su existencia… Mal, mal.

7. Te esfuerzas para agradarle

En el momento en el que estar con otra persona es un esfuerzo constante, ya no funciona la vaina. Debería salir natural, sencillo, simple, sin darte cuenta. Si tienes que sacrificar lo que te apetece decir, hacer o vivir en detrimento de que la otra persona esté ‘a gusto’. HUYE.