¿Quién me iba a decir que de un foro de internet iba a conocer a la mujer de mi vida? ¿Quién me iba a decir que la conocería en una manifestación, con la cara pintada de morado y ya sin voz para seguir gritando? ¿Quién me iba a decir que sus ojos se encontrarían con los míos el 8 de marzo y que nunca más me podría imaginar una vida sin poder mirarlos?

Pues sí, como estáis leyendo, pregunté en el foro de WeLoverSize si alguna mujer quería ir a la manifestación de por la tarde en Madrid y estaba sola, porque yo quería ir pero no tenía con quién y claro, si soy incapaz de ir sola al cine pues imaginaos a una manifestación. La seguridad en mí misma nunca ha sido mi fuerte. Pero ante la adversidad: soluciones. Quedé para encontrarme con varias mujeres en la parada de Plaza de España para desde ahí ir todas juntas. Spoiler: entre todas estaba ella.

Ella no opina lo mismo que yo, pero yo en cuanto la vi supe que, por lo menos, me la iba a tirar. Sí, no voy sola al cine pero tengo claro cuándo me voy a follar a alguien, así es una de especial. La vi y pensé ‘joder, me muero y me revivo, hermana’. Me encantó, pero rollo de verdad, rollo muchísimo, rollo que pensé ‘como esta no sea parte del grupo de mujeres desconocidas con las que me tengo que encontrar me cambio de grupo’.

Por suerte lo era, la cosa es que ella dice que ni me vio, ni me miró, ni me nada. Maldita sincerad que tiene la muy bitch. También diré en su defensa que por aquel entonces ella se consideraba heterosexual y nunca se había fijado en una mujer de la misma manera que yo. (Aunque eso es poca defensa que lo sepas, pedazo de desgraciada, que seguro que me estás leyendo).

Pues eso, que yo en la manifestación grité, me quedé sin voz, levanté el puños, los brazos y el alma, pero os mentiría si no os dijese que estuve toda la maldita marcha mirándola a ella y preguntándome cómo entrarle, pero es una realidad, la suerte estaba de mi lado y fue ella la que vino a decirme a mí que le molaba lo que llevaba pintado en la cara. ‘Tía, tengo aquí el pintalabios morado, si quieres te lo hago a ti también’, ‘ay sí, por favor, que me encanta’. Mira, igual para vosotras nuestra primera conversación os parece una mierda, pero eso es porque no la habéis visto a ella con esa maldita sonrisa adorable que tiene. Es que te derrite, la muy perra.

Pues el caso es que desde ese momento yo no la dejé ni medio segundo, estuve intentando entablar conversación con ella todo el camino, hablamos de a qué nos dedicamos, de cómo conocimos WeLoverSize y de lo solas que estábamos en Madrid. Me dijo que llevaba sin salir de fiesta dos meses y yo le dije que cuando acabara la manifa que nos fuéramos juntas a un garito a emborracharnos. Se rió y mi miró con cara de ‘¿estás en serio?’, le dije que no iba a coña y ahí fue el momento en el que decidí que esa misma noche esa señorita dormiría conmigo.

Fuimos a un local que está por la zona de sol, lo llaman ‘el ruso’ y te ponen por un super módico precio una cerveza y un chupito de vodka. Nos pedimos tres rondas cada una, salimos de allí más borrachas de lo que nos esperábamos. Durante las cervezas… Mira, es que no sé cómo hacerle justicia a esa conversación. Hablamos de nosotras, de nuestra esencia, de lo que nos asustaba y de lo que nos motivaba, de las injusticias que habíamos vivido como mujeres, de lo necesaria que era la sororidad, del poder que tiene una sonrisa para cambiar el mundo, de lo fácil que se hace todo si se hace con amor.

Le daría más vueltas, pero os lo resumiré en que me enamoré de ella. Profundamente. La escuchaba hablar y solamente podía pensar que era la mujer que había estado esperando durante veintiocho años. Lo supe cuando la vi, pero lo confirmé cuando la escuché. Maldita, te quiero tanto que me ahogas.

Acabó en mi casa sin saber muy bien cómo ni por qué, pero no tuvo miedo ninguno a dejarse llevar, a dejarse sentir, a dejarse ser. En ningún momento dudó si estaba bien lo que estaba haciendo, le pregunté mientras la besaba en la entrada de mi piso si es que ya lo había hecho antes con alguna pava, a lo que me dijo ‘no, pero porque no te había conocido hasta ahora’. Cómo no amarla, a ver, decidme.

Pues follamos. Follamos muchísimo, toda la noche. Estuvimos horas. Sin parar. Desde entonces no ha pasado ni una sola semana sin que nos hayamos visto, ni un solo día sin que nos hayamos querido, ni un minuto en el que no nos hayamos amado un poquito más que el anterior.

Este viernes hacemos un año juntas, el primero de muchísimos, estoy segura. Y qué forma más bonita de hacerlo que yendo a la manifestación del Día de la Mujer Trabajadora. Nuestra día. Vuestro día. El día de todas.

Por cierto, tú. No te pienso decir que he escrito esto, pero sé que en cuanto te metas a la web lo vas a ver y no vas a poder resistirte a pinchar y leerme. Sí tú, que eres tú, esto es para ti. Quiero que todo el mundo conozca nuestra historia, porque se lo merecen. Se merecen saber que existe el amor, que existimos nosotras, que existe tú, que eres real.

Te quiero, con toda mi alma. Ojalá el mundo estuviera repleto de personas como tú, todo sería tan fácil y tan bonito que hasta dejaríamos de pensarnos tierra y nos creeríamos cielo. Nos vemos esta tarde a las 19h, te recojo en tu casa, amor.

 

Anónimo