Loversizers románticas, ya podéis sacar las uñas y venir a por mi. Pero esta es la verdad: ODIO LAS BODAS.

Y ahora que estamos en plena época de bodorrios es abrir Facebook y me pongo mala. Cada vez que un colega me dice ‘tenemos algo que decirte’, me tiemblan las canillas y la cartera.

¿Y por qué esta aversión a las bodas cuando en teoría son una fiesta de celebración del amor? Pues os doy 9 razones. Y si no estáis de acuerdo al menos que os echéis unas risas.

Esa norma no escrita de que de una boda sale otra boda. Y tus amigos intentando empujarte hacia los otros solteros de la boda como si pillar cacho esa noche fuese algo esencial para pasárselo bien.

El hecho de que las invitaciones de boda se han convertido en entradas para el Circo del Sol. Al menos tienen un precio similar, vaya. No digas que me invitas a tu boda, lo que estás haciendo es hipotecarme el verano.

El protocolo. El fucking protocolo. Que si es de mañana tengas que ir de corto y con tocado. Que si los tacones. Que si no puedes ir de negro o de blanco. Maldito fucking protocolo. Ojalá bodas en chándal. Así al menos podría bailar cómoda.

Los novios viendo como entro en chándal en la iglesia :)

Las prebodas. Porque ahora no hay boda sin preboda. Y a mi si me haces acostarme el viernes a las 2 de la mañana, no me hagas levantarme luego el sábado a las 7 para ir a la peluquería y llegar a la iglesia a las 12 joder. ¿Nadie piensa en que a partir de los 30 las resacas necesitan tiempo para procesarse?

Las servilletas en alto. Que alguien me explique por favor en qué momento se ha puesto de moda que cuando los novios entran al comedor todo el mundo tenga que ponerse de pie y agitar las servilletas como si estuviera Jesulín a punto de hacer historia. MAL, todo MAL.

La diferencia de regalos para ellas y regalos para ellos. ¿En qué mundo prefiero yo unas manoletinas antes que un puro? En ninguno, ya te lo digo yo. GIVE ME MY PURO.

Los Djs baratos que solo ponen Camela y Paquito el Chocolatero. No seré yo la que en un momento dado borracha diga NO a bailar ‘Cuando zarpa el amor’ encima de una mesa. Vale, lo asumo. Pero ¿por qué todas las playlist de boda son iguales y no salen de ahí?

Que te sienten con peña que no conoces. Creo que no es necesario que a aclare nada sobre este punto.

El momento ramo. Lo he dejado para el final porque pocas cosas me parecen más lamentables que el momento ramo y todas las solteras (ELLAS, CLARO, que como sabemos son las desesperadas por pillar rabo) corriendo hacia él a cámara lenta. Yo intento esconderme cuando veo que la novia va a lanzarlo, pero siempre hay algún gracioso que grita tu nombre para que todo el mundo te mire.

 

Espero que os toméis esto con un poquito de humor, que os conozco. Y oye, si alguien tiene más razones por las que odiar las bodas… ¡que me las cuente!