Agrupaos y brindad conmigo por cada recuerdo mágico de cada una de esas situaciones:

1.- Has puesto un mote ABSURDO a la persona que te gustaba. Sí, para que no se enterase de que le ponías en el nick de tu Messenger, para que no reconociera su nombre en tus conversaciones de pasillo. Yo recuerdo haber llamado a uno de mis “crushes” BARCO porque sus zapatos más habituales eran unos naúticos.

2.- Tienes el primer curso de camello aprobado gracias a tu maestría pasando tampones. Aún estamos lejos de que hablar abiertamente de la regla, por desgracia, de manera que cada vez que una mujer -amiga, enemiga o desconocida- te pide un tampón/compresa tú te comportas como si fueras a darle cocaína: miras a los lados, lo escondes en la mano, os dais un rápido apretón y a otra cosa.

3.- Has hecho de coach en el baño de algún bar o discoteca a una pobre que lloraba en el váter, pedo perdida. Y tras eso, os habéis mirado al espejo, os habéis dicho que os amáis y que sois “de puta madre” o derivados. Os habéis hecho, oficialmente, amigas para siempre. Aunque a la mañana siguiente ni te acordaras de haber ido al servicio.

4.- Has tenido dolor de cabeza de coleta. Da igual la longitud o densidad de tu melena, si alguna vez te has hecho una coleta sabes el dolor de cabeza que termina por dar así como el pedazo alivio que sientes al quitártela

5.- Te han dirigido algún elogio a tu belleza como fórmula de cortesía. Te han llamado guapísima en la frutería, en el autobús o en la oficina. Para saludarte o agradecerte algo han hecho mención a lo preciosa que eres.

6.- Has cambiado de estilo de vestir varias veces. Si abres las cajas de ropa del trastero de tus padres o recuperas tus fotos del Tuenti o miras los álbumes de cuando eras niña, descubrirás cómo fuiste digievolucionando tu ropa hasta quedarte en la mezcla extraña que eres hoy. Desde tu época del rosa chicle, al pijismo, al bacalismo, pasando por emo y derivando en hippie.

7.- Tienes SEGURO una foto con morritos y/o delante de un espejo. Ya está, no es necesaria más explicación.

8- Te has cambiado el look de tu melena al menos una vez en tu vida. Te has rapado, te has dejado flequillo, te has teñido, te has cortado el pelo a lo chico o te has puesto extensiones. O todo a la vez. Pero al menos una vez en tu vida has intentado ser alguien más y no cortarte solo las puntas.

9- Te has identificado con la prota de un libro o una serie nivel te has creído parte de su universo secretamente. Con Memorias de Idhún, Crepúsculo o Harry Potter; con Embrujadas, Buffy o Sabrina. Como sea, te has teletransportado mentalmente, y dudado si físicamente, a esos universos de ficción para intentar creer que eras una más. Has llegado a intentar hacer magia para corroborar que no eras bruja, todas lo sabemos.

¿Qué otras realidades universales femeninas crees que compartimos?

@tengoquenayque

Foto destacada: Radomir Jordanovic en Pexels