Que el cuerpo y sexualidad femeninos han sido siempre foco de conflictos no es algo nuevo. Por eso, la libertad de las mujeres sobre su propio cuerpo fue una de las principales reivindicaciones del movimiento feminista de los años 70. Un mensaje claro, simple y conciso que hasta el más tarugo sería capaz de entender: las mujeres son libres de usar su cuerpo como cada una quiera y desee.

Sin embargo, aún hoy en día, más de cuarenta años después, seguimos acarreando el mismo debate y la misma lucha. Como sociedad, vemos completamente normal que en campañas publicitarias aparezcan cuerpos femeninos de cualquier manera y dejando ver cualquier nivel de piel y partes del cuerpo femenino pero ojo cuidao sí, mujeres del mundo se os ocurre en algún momento de vuestras vidas enseñar vuestros bodies; no me atrevo ya a deciros si lo hacéis de manera orgullosa y presumiendo de ellos (que como buena obra de arte que es cada cuerpo, bien se merece ese orgullo).

Mínimo una visitilla al infierno nos ganaríamos, os lo aseguro, pero tranquilas, que ese paseíllo hasta las calderas del mundo no lo haríamos solas, sino que estaría regado por comentarios y desprecios vertidos como siempre por personas a las que no se les ha pedido su opinión en ningún momento.

La última en sufrir las consecuencias de mostrar libremente su cuerpo ha sido Alba Carrillo. La mujer subió una foto a su Instagram (que para eso es suyo), felicitando a su perrito Lunes (que para eso es suyo) para felicitarle por su santo. Para subir dicha foto escogió determinadas prendas de ropa, véase camisa y braguitas (también suyas) que además de realzar su cuerpazo lo dejaban al descubierto (que dado que es suyo puede hacer con él lo que le salga de la pandereta).


Personalmente Alba Carrillo no es uno de mis personajes televisivos favoritos; no por nada en especial, sino porque, sin más, no me ha llegado nunca a la patata, que se le va a hacer, pero como en este mundo hay más opinones que traseros y Alba es un ser humano, llamarme loca pero considero que se merece mi respeto siempre que viva sin herir, insultar o fastidiar a nadie. Vive y deja vivir que se suele decir. Lógico pensaréis algunos, a ver si vas a venir ahora tu Marta de iluminada, porque eso es algo que cualquiera pensaría…ay pequeños saltamontes, que ingenuos os veo.

El respeto de algunos internautas brilló por su ausencia igual que brillan los diamantes que tanto gustaban a la gran Marilyn Monroe. Y ni cortos ni perezosos mostraron su desacuerdo a que Alba subiese una foto enseñando sus piernas y su abdomen y llevando bragas para felicitar a su perro. Pero claro Loversizers entendámosles, es que como se le ocurre a Alba, ¡UNA MUJER!, mostrarse libremente y como la salió del unicornio, en braguitas y para más inri sonriendo y feliz. ¡MOSTRAR SU CUERPO!. Es que, hombre por favor… Y QUE ENCIMA ESTABA ORGULLOSA DE ÉL Y DEL ACTO DE ENSEÑARLO.

A LA HOGUERA, A LAS BARRICADAS Y QUE LA CORTEN LA CABEZA

Bromas e ironías a parte, la cruda realidad es que este tipo de comentarios son completamente reales y provienen de personas que han dedicado parte de su tiempo a acosar a otra persona que libremente vive su vida sin meterse con nadie. Libertad de expresión lo llamarán algunos; gilipollismo absoluto y mala educación prefiero usar yo como término diágnostico.

Y por desgracia esto no es un caso aislado y Alba no es la única mujer a la que han juzgado por su cuerpo y por cómo lo muestra. De eso tendríamos para analizar rato largo. Solo tenemos que sentarnos y esperar plácidamente a que por ejemplo, Cristina Pedroche suba una foto suya para que estos ataques sin sentido se repitan. O recordar si no, aquella imagen de Kim Kardashian sosteniendo con su trasero una copa de champán. Imagen que dio la vuelta al mundo y que la convirtió en objeto no solo de críticas sino de burlas.

¿Pero es curioso no creeis? Sí, pensadlo porque no veo quejas cuando llega la temporada Navideña y los cuerpos de mujeres son sexualizados para vender colonias por ejemplo. O cuando las modelos de Victoria Secret desfilan con ropajes que, sinceramente, tapar el cuerpo lo que se dice no lo tapan. Pero sí cuando una mujer decide alimentar a su bebé, acción para la cual debe sacar un pecho. El mismo pecho que ovacionamos cuando sale en una película o en una campaña. ¿Dónde está la diferencia?

Pues yo os la señalo. La gran diferencia está que mientras que los cuerpos femeninos se usen como reclamo son dignos de enseñar. En pocas palabras, que mientras sean otros los que decidan cómo, porqué , para qué y de qué manera los enseñamos hay vía libre para mostrar el cuerpo femenino. Pero ay amigas y amigos míos como lo hagamos de motu proprio. Como se nos ocurra un día mirarnos al espejo, vernos lo bien que estamos realmente y nos decidamos a enseñarle al mundo lo orgullosas que estamos de nosotras y cuánto amamos nuestros cuerpos… ¡EL FIN DE LOS DIAS HABRÁ LLEGADO! Porque… a ver si con la tontería va a llegar también el día en que nos demos cuenta de que somos personas y que tenemos derecho a mostrarnos libremente y estar orgullosas de ello. Vestidas o desnudas, con pezones o sin ellos pero siempre porque nosotras queramos.

Marta Álvarez.