Seguro que todas tenemos esa amiga que nos pone la cabeza como un tambor contándonos sus comederos de cabeza con sus ligues. Que si ahora sí, que si ahora no. “Sí, pero no terminamos de conectar”. “Tiene algo que no sé qué es pero que no me termina de cuadrar” … Y si en mis palabras no piensas en esa amiga sino en ti… quizá puedas sufrir filofobia. Pero ¿qué es eso? 

La filofobia es el miedo, o la fobia, como su propio nombre indica, a entablar una relación afectiva. Es el miedo a amar y a su vez sentirse amado por otra persona. Podríamos decir que este miedo lo desencadena un trauma emocional relacionado con el amor. Una ruptura, una mala experiencia con algún amor del pasado, haberse sentido rechazada o abandonada… 

Y te preguntarás… ¿y yo cómo sé si soy una persona con filofobia? Pues aquellos que sufren este trastorno, cuando ven que la cosa empieza a ir en serio y que la otra persona quiere dar un paso más en la “relación”, tienden a desarrollar ciertos mecanismos de defensa para alejarlos de ellos. Además, optan por elegir relaciones en las que ya desde el principio saben que acabarán dejando antes de enamorarse. Buscan defectos inexistentes en la otra persona para justificar que no es para ellas o ellos. Menudo drama hacer un ‘Novia a la fuga’ antes de dar el sí quiero porque os habéis dado cuenta de repente de que sois filofóbicas ¿eh?

La verdad es que no tiene que ser una sensación muy agradable. ¿Os imagináis sentir esa angustia y miedo justo cuando alguien os dice que quiere algo más con vosotras? En estas situaciones en las que se sienten amenazadas por si les hacen daño, el cuerpo se tensa y el sistema defensivo se activa porque creen que se van a enamorar. Vamos, que el amor en estos casos se asocia con el miedo.

Esta fobia en muchas ocasiones es injustificada porque nacen de la anticipación de un hecho que quizá nunca ocurra. Por ejemplo: “No quiero tener una relación con él porque me va a dejar por otra”. Es un pensamiento que ya de por sí nos crea sugestión y generalizamos en una sola persona el miedo que hemos podido sentir en el pasado por una experiencia similar con otra persona distinta. De ese modo, si no lo hemos superado, nos ocurrirá lo mismo con aquellos que intenten tener algo más con nosotras.  

Honestamente, creo igual de importante sentirnos bien por fuera, pero mucho más importante es sentirnos bien por dentro. De mente y corazón. ¿Transformamos el bodyfit por el brainfit? Por suerte hay muchos profesionales que pueden ayudarnos a derribar nuestros miedos y fobias. No podemos ser conscientes del problema y negarnos a nosotras y nosotros mismos algo tan bonito como es la capacidad de amar.

 

 Merche Martínez / IG: @merchehache