A mi amiga le echaron algo en la copa

Nunca piensas que te vaya a ocurrir algo así, más bien, crees que sea de esa clase de cosas que solo ocurre en las series, en las pelis… Pero no, amigas, por desgracia la realidad supera a la ficción, el puñetero cliché es cierto.

Hace años, durante una estancia en el extranjero, mis amigas y yo fuimos a una fiesta de disfraces por carnavales. Ya os podéis imaginar, no es que fuéramos los chavales de Élite, pero se liaba bastante, había muchísimos estudiantes y nosotras teníamos una etiqueta que nos condicionaba en esta clave de eventos: éramos estudiantes Erasmus. Y encima, españolas. En otras palabras, éramos dos estereotipos en uno: fiesteras por naturaleza y facilonas, porque habíamos ido allí a ligar y enrollarnos con el primero que se nos pusiera a tiro, porque ”así son las Erasmus”.

Total, que siempre que íbamos a una discoteca teníamos mil ojos con todo y aunque no dejábamos de ir a fiestas y de pasárnoslo bien, pero sí procurábamos lo típico, que ninguna se quedara sola, si una de nosotras era acosada íbamos en su rescate, etc. sin embargo, en aquella fiesta nos acabamos dispersando, por el motivo que sea, ya ni me acuerdo, y perdimos de vista a una de las nuestras. No nos preocupamos demasiado porque íbamos con otros tantos amigos y nos la cruzamos varias veces a lo largo de la noche con ellos, así que no le dimos más vueltas.

Cuando la gente empezó a estar tan borracha que a una de mis amigas y a mí se nos hacía bola (tuvimos que deshacernos de un par de babosos muy pesados) nos pillamos un taxi junto con otro amigo y nos fuimos a la resi a descansar.

En aquella época aún no estábamos tan hiperconectados, justo eran los inicios del WhatsApp y muchos no teníamos ni siquiera un smartphone con tarjeta de allí porque salía caro y, a ver, éramos estudiantes, así que la vida transcurría a un ritmo menos trepidante y no era nada raro no saber nada de tus amigos en un par de días. Es más, recuerdo que nos solíamos hablar por mensajes privados de Facebook y al ver las horas de conexión de las demás sabías que seguían vivas, aunque no se terciara hablar.

Pues mi amiga, la que se quedó rezagada con el grupo de los chicos, no tuvo ningún contacto con nosotras hasta un par de días después, cuando coincidimos en clase. Nos contó que se quedó hasta el final de la fiesta y que uno de los chicos propuso ir a su habitación a seguir bebiendo y se fue con ellos. Reconocía haber bebido como para ir alegre, pero tampoco una borrachera de las de perder el conocimiento ni nada. Al poco de llegar al cuarto del chico (serían unos 4 o 5), se empezó a encontrar mareada y se tumbó en la cama. No recordaba nada más. Creía recordar que uno de ellos la llevó hasta su cuarto, en otra residencia, pero no estaba segura. Las demás nos quedamos en shock al enterarnos.

Ninguna llegó a decirlo en voz alta, pero creo que todas pensamos lo mismo: sospechamos que le echaron algo en la copa. Que los chicos fueran amigos nuestros no era garantía de nada y, aunque nosotras no consumíamos ningún tipo de droga, ni siquiera fumábamos tabaco, era un secreto a voces que algunos de los chicos se fumaban sus porros cuando quedaban a solas y, probablemente, tomaran más cosas. 

Por suerte, nuestra amiga se encontraba bien, tanto física como psicológicamente, y es que, incluso habiéndola drogado, tampoco era seguro que hubiera sufrido algún tipo de abuso. Me consta que si ella hubiera sospechado que la hubieran violado nos lo habría dicho, por ese lado me quedé tranquila. Demasiado, para mi gusto. Y es que, en aquel momento, no era tan consciente de esta clase de cosas ni tenía la capacidad para reaccionar y apoyar a mi amiga como lo haría ahora. Dudo que me hubiese conformado; habría hablado con los chicos, habría investigado un poco…

Este recuerdo se me “desbloqueó” hace poco viendo la nueva temporada de Élite. Tranquilas, no voy a hacer spoilers, pero para las que la hayáis visto, entenderéis por qué me vino aquello a la mente y se me desataron todas las alarmas. Creo que lo único bueno de toparnos con ciertas escenas en la ficción es difundir un mensaje que denuncie las atrocidades que se cometen en la vida real, aunque Élite no es precisamente el mejor ejemplo para los jóvenes. Eso daría para otro post. 

Ele Mandarina