Es algo que me lleva pasando desde que era niña y nunca había sabido si era real, si me lo inventaba yo o si quiera si era posible que me corriera en situaciones super dispares que poco tenían que ver con el sexo. Internet nos abre un mundo de posibilidades y de información, a base de investigar sobre el tema descubrí que sí, que era posible, que era real y que no era la única.

Cuando era pequeña, os hablo de los cuatro a los siete años, cada vez que veía una película o una serie de dibujos animados me dedicaba a rozarme con el sofá, con el sillón o donde quiera que estuviera sentada, empezaba a sudar por la intensidad con la que me movía, hasta que tenía orgasmos. Mis padres siguen hablando de aquella época, siempre lo cuentan como ‘mi hija no sabía estarse quieta, creemos que tenía un problema de hiperactividad, siempre se movía atrás y adelante en la silla, hasta sudaba y todo’. Algún día les contaré que estaba teniendo orgasmos diarios.

De todo esto soy consciente ahora, obviamente cuando era pequeña no tenía ni idea, solamente sabía que me gustaba mucho y por eso lo repetía una y otra vez. Pero ya cuando me hice adolescente me volvió a pasar. Por Navidades mis padres me regalaron un masaje de cuerpo completo en un SPA, (estoy pensando que quien lea el post se va a pensar que mis padres me han proporcionado o han visto casi todos los orgasmos de mi vida y no joder, no penséis eso).

Pues bien, allá estaba yo en braguitas mientras una señora me masajeaba la espalda, las piernas, el cuelo y demás. Las partes sexuales no las tocaba, ni culo, ni coño, ni tetas. Pero yo no sé qué me pasó, no sé si eran sus manos, mi paz en ese momento o las dos cosas, pero me corrí. Tuve un orgasmo super delicado, pero super real. La chica en ningún momento me comentó nada al respecto, pero creo que también lo notó.

La última vez que también me pasó fue en clase de Feldenkrais, no sé muy bien cómo explicaros de qué va la cosa, pero imaginaos una clase de yoga en la que te revuelvas por el suelo, abres tu mente, reflexionas, te conoces a ti misma y llegas a lugares con tu mente que jamás podrías haber imaginado. Llegas a salir de ti, a verte a ti misma y a decirte las cosas que no sabes que quieres decirte, a mí es de las mejores cosas que me han pasado como adulta.

Bueno, pues en una de estas clases, el profesor nos pidió que buscáramos dentro de nosotras mismas las partes que teníamos olvidadas, lo que menos cuidábamos de nosotras, lo que no nos permitíamos realizar de puertas para adentro. Hubo  de todo en clase, hubo chicas que lloraron, chicas que rieron, chicas que gritaron… Pero yo me corrí, one more time. No siento que la parte sexual sea una parte de mí misma que tengo reprimida, pero el caso y a efectos prácticos es que sin tener que tocarme, me corrí.

Me ha pasado muchas más veces, en la ducha, debajo de un árbol en el parque, cuando he salido a correr y una pierna se rozaba contra la otra… En internet he leído que sí, que es real, que es posible, que puede pasar, pero quiero saber si os ha pasado a alguna de vosotras alguna vez, que os corréis en una situación que tiene todo menos sexualidad.