Estoy a pocos meses de dar el sí quiero al hombre de mi vida y hasta que he pasado por los preparativos de una boda, jamás me había dado cuenta, de la gran presión que existe porque la novia se ajuste a su vestido.

Pero vamos a ver ¿Cómo que la novia se ajusta al vestido? Si señoras, estás cosas pasan.

Cuando di la noticia de que me iba a casar, tanto mi madre como amigas y otras personas de mi entorno me hicieron las preguntas del apocalipsis «¿Y has pensado adelgazar?»»¿No te gustaría casarte delgada?»»¿No crees que los vestidos de novia sientan mejor a las delgadas?»

Y yo me paro a pensar en lo siguiente: llevo más de 5 años usando la talla 46 y no he tenido ningún problema para vivir en paz. ¿Por qué coño querría tener una talla 38 para el día mi boda?

Debe existir una verdad universal que dice que las novias deben estar perfectas el día de su boda. Y claro señoras ¿Cómo coño podría yo estar perfecta con una talla 46?

La ansiedad que se vive cuando decides no adelgazar para el día de tu boda es real. En mi entorno existen algunas personas gordofóbicas y créeme, que si me hubiera parado a escucharlas se me hubiera agriado hasta la leche de la nevera.

Casarte gorda, en algunas mentes, es sinónimo de empezar el matrimonio mal, de ser una dejada de la vida y de que no te importe gustarle a tu futuro marido.

Vamos a ver, esta debe ser la época de las brujas porque, ¿En qué mente cabe que a mi chico no le guste, cuando me voy a casar con él? Claro, me va ver andando hacia el altar con el mismo cuerpo que adora y va a decir «Uf, que va, así de gorda yo no la quiero» ¿Estamos tontos?

Eso por una parte, pero vamos a hablar de la maldita presión que tenemos las novias por no engordar antes de la boda.

Claro, tienes el vestido elegido y arreglado y ahora toca esperar las últimas semanas con exactamente las mismas dimensiones. ¿Por qué? ¡Porque si no, no quepo en el vestido!

Y entonces pienso: ¿Por qué es la novia la que se ajusta al vestido?

Pagamos una fortuna por los vestidos de novia, nos los ponemos un solo día y encima les damos el increíble poder de martirizarnos.

¡Joder! No te tomo el pelo pero a veces estoy tan ansiosa por poder meterme en mi vestido que no puedo dejar de comer.

¿Somos conscientes de que es sólo un puñado de tela verdad? ¿Por qué ponemos por encima de nuestro bienestar algo tan banal como un puto vestido? ¿Eso es lo mucho que nos valoramos?

Nenas, que los vestidos de novia son solamente ropa. Y aunque nos casáramos con un vestido que no nos queda como un guante, a la persona que va a compartir el resto de su vida con nosotras, le importa un bledo.

Normalicemos que los cuerpos cambian y no nos castiguemos por ello.

Que de la misma manera que te puede quedar un poco grande, puede quedarte un poco pequeño y ahí estará tu modista de confianza, para volvértelo a ajustar antes de la boda. ¡No pasa absolutamente nada!

Vivimos sometidas a prácticamente todo y solo falta que no podamos disfrutar de los meses antes de la boda por el miedo al vestido. ¿Es así como realmente queremos esperar al día de nuestra boda?

Anónimo

Envía tus movidas a [email protected]