Ya no sé de qué podemos sorprendernos a estas alturas. Cuando anoche revisaba los stories de Andrea Compton – la sigo estrictamente porque me parece estupenda toda ella – terminé desembocando en su cuenta de Twitter ya que ella misma denunciaba muchas de las respuestas que había recibido en su último tweet. Como muchos ya sabréis la Compton centra buena parte de su contenido en su predilección por todo lo que tenga que ver con el cine o las series de televisión, y ayer mismo su petición fue la siguiente…

Algo de lo que hemos hablado en muchas ocasiones. Esa gran necesidad de que de una maldita vez la percepción de la gente gorda no solo se centre en tramas sobre los problemas que conlleva estar gorda. No solo Andrea está pidiendo a gritos que se abra de una vez esa puerta a las tramas amorosas o simplemente diferentes más allá de ese encasillamiento al que por desgracia nos tienen acostumbrados. Y como no podía ser de otra manera, para variar un poco irónicamente hablando, los usuarios de la red social explotaron en pro de un contenido audiovisual (según ellos) libre de apologías a estéticas poco o nada saludables.

Es increíble que a estas alturas las gordas tan solo podamos vivir para ser gordas y ya si eso algo más. Yo por ejemplo, soy gorda y también madre, o soy gorda y también redactora. Pero gorda lo primero, porque según buena parte de esta sociedad mi aspecto físico es tan dañino que debo vivir con ello por encima de todo (al menos hasta que le ponga remedio). Puede sonar exagerado, pero al fin y al cabo esta es la línea que hoy en día nos están vendiendo a través de las tramas de cine y series y en muchos casos lo que nos toca vivir en nuestras propias carnes.

Quizás lo peor de todo es que buena parte de los seguidores de Andrea Compton son adolescentes o gente joven que ya debería estar en otra onda con todo esto. Llevamos muchos años trabajando en favor de una sociedad que apoye el body positive, que acepte que una chica o un chico pueden estar gordos y no por ello encasillarlos, y cuando surgen hilos de este tipo da la sensación de que todo se va un poco a la mierda.

Resulta que pedir un protagonista gordo cuyo papel principal no gire alrededor de su gordura es una apología a los hábitos poco saludables, esta es la base de todas las quejas. A todos los actores y actrices gordos mejor que los encierren en un cuartucho y ya si eso que los vayan llamando cuando surja la necesidad de un papel del colega simpático que no tiene novia, o de la tía a la que hacer bullying en el instituto. Sin olvidarnos por supuesto de la trama por excelencia de la chica gorda y demacrada de clase que de pronto adelgaza para molarle al guapo de turno y así todos tan felices.

¿Os acordáis de ‘Insaciable’? Madre mía qué bochorno…

Adoramos series como Girls o películas como el musical de Hairspray. La grandiosísima My Mad Fat Diary o el increíble papel de Barbie Ferreira en Euphoria. Necesitamos más contenido donde se sienta de verdad que el cuerpo de un personaje no influye de esa manera en su papel dentro de la producción. Rubias, morenas, altas, bajas, gordas o delgadas, calvas, con estrías o con vello corporal. Y sobre todo necesitamos que se deje atrás de una vez el discurso trilladísimo sobre la salud y la imagen de la persona.

Puede que sea un imposible, pero desde aquí me supo por completo a la petición de Andrea Compton. El cine y la televisión pueden ayudar muchísimo a la hora de dar visibilidad a esa idea de que todo tipo de cuerpo es válido ¿no va siendo ya hora de que dejen de remar a contracorriente?

Mi Instagram: @albadelimon

Fotografía de portada Instagram @andreacomptonn