Temita guapo del que vamos a hablar. A ver, ¿cuántas de vosotras sabe cómo tocarse y siempre se corre? Creo que casi todas sabemos encontrarnos el punto. Tanto si queremos recrearnos un poco más como si queremos algo rapidito. Ahora, la pregunta hecha de otra forma: ¿cuántas de vosotras no consigue correrse cuando os toca vuestra pareja, follamigo (lo que sea)? Entonces… allá va otra pregunta clave: ¿el problema es nuestro? ¿es de ellos? Pues os diré que la “culpa” es de ambos. De nosotras por no decirles cómo nos gusta y de ellos por no escuchar y hacerse los machitos ofendidos.

Sí, sí, habéis leído bien. Y es que, aunque parece algo obvio, muchas y muchos nos olvidamos de que la comunicación es fundamental, para todos los aspectos de la vida, pero en el sexo mucho más, porque de ello depende el disfrute de ambos. Existe cierto tabú, vergüenza o miedo hacia comunicarle a nuestra pareja lo que nos gusta y cómo nos gusta. Nos conformamos con lo típico de: besitos de calentamiento, dedito dentro, dedito fuera, un lametón aquí y luego otro allá y el mete saca para rematar. Todo eso en conjunto estaría bien si en realidad se hiciese al gusto de cada uno.

Pareja

Muchos chicos (y no es culpa suya sino del puto porno) piensan que cuanto más rápido hagan un dedo, antes nos vamos a correr (como si estuvieran cavando un hoyo). Perfecto, habrá a quien sí le guste así, pero está comprobado que un tanto por ciento muy elevado de mujeres no consigue correrse con la penetración (sea cual sea, con dedos con el pene, juguetes…). La mayoría conseguimos llegar al orgasmo mediante la estimulación del clítoris. Pero volvemos a lo mismo, si frotan el clítoris a la velocidad de la luz… entendéis lo que digo ¿no? Poco falta si no se nos cae a pedazos.

Tampoco se le puede pedir peras al olmo. Cuando echas un polvo con alguien con quien quizá luego no vuelvas a repetir, pues… suerte y ojalá el polvo no te sepa a poco. Pero es difícil acertar a la primera con el punto exacto. Con esto me refiero a que, es imposible que sepamos todo sobre cómo y el qué nos gusta. Es algo que se va aprendiendo con el tiempo. Porque sí, a follar… también se aprende. Y conseguir tu disfrute y el de la otra persona es algo que se va descubriendo poco a poco. ¿Cómo? Hablándolo. No hay más misterio. Y aquí es donde llega el conflicto en muchas ocasiones.

Cuando empiezas a hablar con alguien con quien tienes feeling, ya hay cierto tonteo y está claro que tarde o temprano acabaréis en la cama, surgen esas conversaciones “tan dignas” en las que los dos os definís como personas sinceras: “Yo quiero que me digas las cosas claras”, “Sí, sí, tú no te preocupes que si no me gusta no voy a fingir, lo hablamos y todo guay”. ¿Todo guay? Pues menos mal… porque luego van de ofendiditos “es que si tardas en correrte no es mi culpa”, “es que me apartas la mano cuando te estoy haciendo un dedo”. La autocrítica no la practican mucho. Pero nosotras también tenemos parte de culpa. Es nuestro derecho poder disfrutar igual que ellos. Y si no se lo comunicamos durante el sexo, ellos o ellas van a seguir en sus trece.

Pareja

 

A veces se cree que el sexo sucio solo será así si es fuerte y rápido. Y no, el sexo puede ser igual de sucio yendo más despacio, porque así se va consiguiendo el placer de los dos, va subiendo la temperatura corporal, se lubrica más… pero ¿no os ha pasado eso de poneros encima y que automáticamente se vuelva loco con el mete saca como si llevara prisa? No os conforméis, no sigáis el rollo si así no estáis consiguiendo placer (porque os aseguro que ellos sí) y esto es cosa de dos (quien quiera incluir a alguien más pues bien también).

De hecho, creo que es muy necesario tener una conversación antes del primer polvo con esa persona. Hablar de lo que os gusta y cómo os gusta es fundamental. Y hacerles entender que, si mientras estáis follando, no consigues disfrutar del todo, tú les vas a guiar y les vas a ayudar a que te lo hagan como te gusta. Y que no por eso les estás diciendo o insinuando que follan mal. Sino que a ti así no te está gustando del todo.

Por su puesto, al contrario, ocurre de forma similar. A ellos puede que no les esté gustando mucho cómo lo estamos haciendo y pueden decirnos que lo hagamos más despacio, más fuerte, más rápido… No pasa nada, no tenemos por qué avergonzarnos o rayarnos. Simplemente es mejorar pensando en los gustos de nuestra pareja y obviamente que, dentro de esos gustos, nosotros y nosotras también estemos cómodas. Pero siempre pensando en ambos.

sexo

Es cierto que llegar al orgasmo a la vez es difícil, pero creo que no tiene que ser el fin último. El sexo es mucho más que un orgasmo. Hay que evadirse y disfrutar plenamente del momento. Los besos, las caricias, el roce… también forman parte del sexo.  

@merchehache