Queridas sirenas gordibuenas, hoy he perdido mi virginidad playera. Vaya, que he follisqueado por primera vez en la playa.

Siempre había sido una fantasía muy TOP en mi repertorio de lugares donde echar un polvo, pero por cosas de la vida (entre ellas que soy más del norte que Sansa Stark) nunca se había dado el caso. Este verano mis amigas y yo hicimos un viaje a la costa porque una de ellas estaba un poco de bajona; lo había dejado con su novio y necesitaba distraerse. Como somos chicas majas, le propusimos este plan y alquilamos un apartamento en un pueblecito de Cádiz.

En principio queríamos relax, bañarnos en el mar y ponernos morenas para dar envidia a nuestros pálidos amigos. El «problema» es que cuando llegamos al pueblo nos dimos cuenta de que no era el típico lugar al que van señoras a relajarse, sino un sitio de fiesta, fiesta y más fiesta. Una cosa llevo a la otra y la segunda noche acabamos saliendo hasta las tantas de la noche.

No soy la típica que liga en los bares, pero había un rubito con pelazo de surfero australiano que me llamó la atención desde que entré en el bar. Hicimos contacto visual y al cuarto mojito ya estábamos sobándonos, metiéndonos lengua y tocándonos en medio de la pista de baile. Una cosa llevo a la otra e hicimos bomba de humo. Empezamos a pasear por el paseo marítimo y acabamos lejísimos de la civilización, en una zona de la playa en la que no había ni Dios. Nos miramos, sonreímos y nos quitamos los zapatos. Tal y como estáis imaginando, acabamos montándonoslo en la playa. 

¿Ves cuando idealizas mucho a una persona y luego te llevas un chasco enorme? Pues eso me ha pasado a mí con el sexo en la playa. He descubierto que es una puta mierda, y si no te lo crees estas son mis razones aplastantes:

  • Se te mete arena en el chirri. Bueno, quien dice chirri dice hasta en el agujero por el que meas. No hay lugar de mi cuerpo en el que no hubiese arenita.
  • Estás acojonada por si hay algún mirón. Es verdad que en el momento te la suda un poco, pero no podía evitar pensar cada rato si había algún pervertido mirando. Que conste que a mí el sexo en lugares públicos me da morbo, pero en el bosque te protegen los árboles… ¿En la playa con qué te tapas? ¿Haces un agujero y te metes?
  • Si la poli te pilla te clavan una multa terrible. Si ya me acojonaba que hubiese algún mirón, la posibilidad de que nos pillase la poli me cerraba todo el chirri.
  • La gente es una guarra y deja colillas en la playa. Si tú, querida o querido lector, eres de los que tiran sus colillas en la playa sólo puedo desearte sufrimiento.
  • El agua salada te reseca la parrusa. No sé si esto es cosa de mi coño o si al resto de mortales también les pasa, pero al día siguiente sentía como si me hubiesen ligado las paredes de la vagina.

Conclusión: el sexo en la playa sólo para el porno, thanks.