Este es un tema farragoso y complicado que voy a intentar contar lo mejor posible. Todas hemos oído hablar de denuncias falsas y casi siempre sobre el mismo tema, pero hoy no va de eso.

A mí me denunció falsamente la empresa en la que estaba trabajando. De hecho, la empresa que me había despedido.

Yo trabajaba en esta empresa en la que tenía un jefe que era un horror. Persona que entraba en su departamento, persona que se acababa yendo por depresión o ansiedad o hasta las narices, simplemente. En menos de un año que estuve allí, hubo otras cinco personas que entraron y cinco personas que se fueron por sí mismas. Yo aguantaba, resistía, porque tenía que hacerlo. Necesitaba pagar la hipoteca y no podía permitirme perder el trabajo (tampoco tenía mucho amor propio y ningún respeto por mí misma así que se sumaba todo).

Un día, viendo que yo no me iba a ir, viendo que la gente de otros departamentos empezaba a valorarme mucho y que hasta el gerente de la empresa empezaba a mostrar interés por mi trabajo (aunque hubiera trabajado mal, solo el hecho de ser la única persona que aguantaba allí tenía que significar algo para él), mi jefe directo hizo lo posible para que me despidieran. No sé muy bien cuál fue el motivo pues en mi carta de despido me dijeron que era un despido disciplinario (sin notificaciones previas) pero que asumían que era improcedente y por eso me pagaban finiquito e indemnización. Si sabéis un poquillo del tema, sabréis que un despido disciplinario no puede ser jamás improcedente.

Eso mismo es lo que me explicó el abogado que contraté, que la habían cagado en la carta. Así que denunciamos. ¿Qué recibí yo entonces? Pues una llamada de la policía nacional en la que muy amablemente me citaban a la comisaría.

Llamé a mi abogado y allí nos fuimos. Cuando llegué me comunicaron que estaba detenida y me leyeron mis derechos. No recuerdo exactamente todo porque creo que me dio un infarto. Mi abogado alucinaba, aun puedo ver su cara.

También os diré que recuerdo ver la cara del policía súper amable intentando que no me diera algo. Me denunciaban por algo que no tenía ningún sentido. Supuestamente había entrado en la empresa y había robado y borrado información. PERO LA EMPRESA NO SABÍA QUÉ COSAS HABÍA ROBADO NI QUÉ INFORMACIÓN HABÍA BORRADO. Es decir, tenían cero pruebas porque, de hecho, yo no había hecho absolutamente nada. Ahora, con el tiempo que ha pasado, puedo decir que la policía pensaba lo mismo, puesto que me trataron increíblemente bien. Sí, me tomaron declaración porque es lo que tenían que hacer. Así como me hicieron fotos y me tomaron las huellas. Pero todo ello con una profesionalidad y un cuidado que no os podéis imaginar.

Cuando salimos mi abogado me preguntó directamente si yo había hecho algo y le juré por lo más grande que no, que yo no había hecho nada. Él me dijo que entonces no tenía de qué preocuparme. Pero yo empecé a vivir una pesadilla hasta que obviamente el juez que recibió todo este percal lo archivó sin más, pero ya habían pasado muchos meses en los que hasta dudaba de mí misma. Entonces ellos volvieron a reclamar y el juez me llamó a declarar. Me hizo un par de preguntas, contesté y volvieron a archivarlo, sin más.

Después de esto, me recomendaron ir a por ellos por haberme denunciado falsamente, pero después de la pesadilla que viví (¡¡ su abogado me pedía 5 años de cárcel!!), al punto de pensar en suicidarme por el miedo a entrar en la cárcel aun sabiendo que era inocente, decidí dejarlo pasar.

No sabéis el horror que fue aquello, tenía pesadillas constantes y eso que sabía al cien por cien que no había hecho nada. Lo peor fue cómo la gente que conocía me decía que me lo había ganado por ir contra una empresa poderosa por cuatro duros. Pero, ¿sabéis qué? Que yo sigo recomendando a día de hoy que, si os despiden, denunciéis, porque al final hay justicia, aunque a veces nos cueste creerlo.

La de siempre.