¡No te vas a creer la maravilla que te traigo!

Tengo una vecina ecuatoriana a la que le debo este recetón fresquito que para este verano de altibajos nos viene más que bien.

Esta receta es latina. Su origen es peruano, pero en cada zona lo hacen de una manera distinta. Igual hay algún peruano en la sala o alguien que tiene perfeccionada esta receta, pero yo pensaba que no me iba a salir ni a la de tres y estoy más que contenta con el resultado.

Sí que es verdad que es algo que tienes que hacerlo con previsión, porque se como de un día para otro, pero verás que no te va a robar casi nada de tiempo y sí que te va a ofrecer muchas alegrías.

Es sencillísimo de hacer, barato y rápido.

Para ponerte manos a la obra necesitas:

  • Dos lomos de atún (puede ser congelado o fresco, pero lo ideal es que sean unos 350 gramos)
  • Dos o tres tomates maduros
  • Pimiento verde y rojo
  • Cebolla morada
  • Pepino
  • Dos limones
  • Mostaza y kétchup
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva

Lo primero que tienes que hacer es cortar el atún a trocitos no muy grandes, cubrirlos con el zumo del limón, ponerle sal y pimienta y dejarlo 24h en la nevera.

Al día siguiente, corta las verduritas a trocitos pequeños y añádelos a la mezcla. No pongas los tres tomates. Pon solo uno si ves que es mutante, y tritura otro para añadirlo luego al caldito.

Mezcla en un bowl a parte una cucharada de mostaza, otra de kétchup y dos de aceite de oliva. Si quieres que esté picantillo, ponle mostaza de grano y más cantidad, pero no te pases mucho porque te arrepentirás.

 

La mayor dificultad de esta receta es mezclarlo todo sin que se salga del bowl, pero sí que es importante ir probando el caldito para que no esté ni muy ácido ni esaborío.

Si le quieres dar un toque diferente, cambia el limón pon naranja, así te saldrá una versión diferente. Si pones lima en lugar de limón, estará más ácido, por lo que vale la pena que sea una lima y un limón antes que dos limones

Otra cosa a tener en cuenta es que esto mola bien fresquito, por lo que vale la pena que lo hagas un ratito antes de comerlo y lo dejes en la nevera un par de horillas más.

Seguro que te preguntas si se come como plato único o es un entrante, pero la verdad es que este plato es tan versátil que lo puedes servir solo como entrante, acompañado de un arroz blanco, en una torta de maíz o en una copa adornado con un poco de plátano frito, fresas, mango o aguacate a modo de primer plato bien chulo.

¡Pruébalo, te encantará!