Cómo cambiaron realmente nuestras finanzas cuando tuvimos hijos

 

A menudo veo aquí foros de chicas que exponen las dudas que les asaltan cuando se plantean ser madres y veo que, aunque hay varios temas que se repiten, uno de los que más me llama la atención es el del dinero y de cómo afecta a la economía la llegada de un bebé.

Confieso que me llama la atención porque una de las cosas que más me preocupaban a mí era precisamente la pasta.

Tenía mucho miedo de que los gastos nos ahogaran y trajéramos al mundo una criatura para condenarlo a pasar penurias.

Mi marido se moría de ganas, y yo también, pero no dejábamos de posponerlo por mi culpa. Quería ahorrar más, quería intentar ganar más, quería un piso más grande…

Pero no me dio tiempo a nada de eso porque me quedé embarazada sin buscarlo.

Cómo cambiaron realmente nuestras finanzas cuando tuvimos hijos
Foto de Shvets Production en Pexels

Y nos pilló con los ahorros justos para un imprevisto del tipo de ‘hay que cambiar la junta de la culata’, con un piso de un dormitorio y medio, y con unos empleos que nos obligarían a uno de los dos a reducir la jornada para poder cuidar del bebé que estaba en camino.

Como esas chicas que escriben en el foro, lo pasé fatal dándole vueltas al asunto. Peor que fatal, porque para mí ya no había vuelta atrás. Nos lo pudiéramos permitir o no, nuestro bebé estaba a punto de llegar. Qué miedo.

Al final aprendí que, como se suele decir, donde caben dos caben tres. Y también que donde comen tres comen cuatro, porque nos vinimos arriba con la experiencia y repetimos en menos de dos años.

 

Cómo cambiaron realmente nuestras finanzas cuando tuvimos hijos

 

Salimos adelante con no poco esfuerzo, aunque sin grandes sacrificios ni penurias. De hecho, la película apocalíptica que me había montado en la cabeza no tuvo nada que ver con cómo cambiaron realmente nuestras finanzas cuando tuvimos hijos.

Ojo, que esto que os cuento es solo nuestro caso concreto. No quiero decir en ningún momento que la situación de nuestra economía sea extrapolable a todo el mundo. No obstante, lo comparto por si con ello puedo ayudar a alguien que se encuentre en un contexto similar al nuestro.

Para cuando di a luz tenía todo un plan de ahorro organizado. Analizamos nuestras entradas y salidas de dinero y nos quitamos de un montón de gastos superfluos, por decirlo de alguna manera.

Cómo cambiaron realmente nuestras finanzas cuando tuvimos hijos
Foto de Mikhail Nilov en Pexels

Teníamos unos meses por delante antes de ver mermado uno de nuestros sueldos y de empezar a pagar la escuela infantil.

Porque la guardería, los pañales y la leche de fórmula, me daban pánico.

Y es cierto que durante más o menos los tres primeros años, el impacto económico de la llegada del niño a la familia es enorme. Pero pudimos minimizarlo al máximo gracias a la ayuda autonómica y a los cambios en nuestro estilo de vida.

Uno no es consciente de lo que gasta en tonterías y en ocio hasta que se ve con un bebé que apenas le deja dormir ni mucho menos disponer de tiempo libre.

Porque ahí está una de las claves de nuestro éxito: la reducción, o prácticamente eliminación, de la partida dedicada a salir por ahí y a comer o cenar fuera.

Le sumas la de la ropa y complementos y ya casi lo tienes. Que parece broma, pero no lo es.

Solo hay que estudiar los cargos de la tarjeta de dos o tres meses para darnos cuenta de todo aquello a lo que podemos renunciar sin sufrir un perjuicio grave. En esto de la economía familiar, cada euro cuenta.

Es un ejercicio continuo de análisis y contención. De preguntarse dos y tres veces si esa compra que vamos a hacer es de verdad necesaria. De hacer listas, elaborar presupuestos y, sí, renunciar a cosas.

Cómo cambiaron realmente nuestras finanzas cuando tuvimos hijos
Foto de Yan Krukov en Pexels

Hay que renunciar mucho, si bien no para siempre. Una vez que los dos niños pasaron al colegio (público, claro está), pudimos empezar incluso a ahorrar un poquito.

Porque si se necesitan 21 días para convertir algo en un hábito, cuando te pasas años practicando todo lo anterior, cuesta volver atrás.

 

Cómo cambiaron realmente nuestras finanzas cuando tuvimos hijos

 

Seguimos saliendo la mitad de la mitad de lo que salíamos cuando éramos solo dos, vamos al súper siempre con una lista, cocinamos a diario, tenemos mucha menos ropa y, si me compro unos pendientes, será porque me los autorregalo por mi cumpleaños. Pero es gracias a eso que conseguimos tener un colchoncito en la cuenta bancaria, que podemos asumir los gastos imprevistos y que, muy de cuando en cuando, nos concedemos un caprichito.

Y bueno, así fue como cambiaron realmente nuestras finanzas cuando fuimos padres, básicamente se ha tratado de eliminar unos gastos y sustituirlos por otros ligeramente más elevados. Hemos perdido en algunos aspectos, pero hemos ganado mucho más en otros, por lo que volvería a hacerlo de la misma forma sin dudar.

 

Lisa

 

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