¿Te molestan las playas abarrotadas? ¿odias que los niños pasen por tu lado corriendo y te llenen de arena? ¿no soportas los adolescentes que oyen música a toda leche? ¿le darías una descarga eléctrica a los que se ponen tan pegados a ti que cuando se van sois familia? ¿estás leyendo esto con voz de teletienda? Pues este es tu post.

Si odias las playas llenas de gente, hay algunos trucos para que aunque sea verano puedas acceder a playas algo más tranquilas. Ahí van:

. No ir a playas donde hay una parada de tren o de transporte público delante. A la gente no le gusta andar mucho por lo tanto delante de las paradas de tren, estarán los miles de domingueros que lo cogieron para pasar el día.

. Aléjate de los chiringuitos. Por la misma vagueza la gente quiere ponerse cerca de ellos para no tener que andar demasiado si quieren ir al chiringuito o a comprar una bebida, por lo tanto, alrededor de ellos siempre habrá muuuucha gente.

. No vayas a playas donde hay un parking enorme de tierra para dejar tu coche o el aparcamiento sea muy fácil, porque todos quieren aparcar su coche lo más cerca posible de ellas y siempre son las más llenas. Busca mejor playas donde no se pueda aparcar ni para atrás, y ¿entonces cómo aparco yo? Pues o vas en moto, o en taxi, o chica te vas a una playa llena de gente, la perfección no existe y si quieres playas tranquilas hay un precio que pagar.

. Busca playas de difícil acceso. Con esto quiero decir que si vas a una calita que para acceder debas andar unos 20 minutos a 35 grados, cuando llegues probablemente esté medio vacía. Porque vuelvo a repetir que las personas somos vagas, y queremos comodidad. Pero ¿qué mayor comodidad que pasar el día rodeado de poca gente y escuchando las olas del mar?

. No busques las playas más famosas, ni más populares, ni las que recomiendan en google, porque todo el mundo las busca y todo el mundo va a las mismas. Hay playas mucho más bonitas que no son tan conocidas y que no tienen tanta afluencia.

. Si vas a un sitio de playa de vacaciones, pregunta a los que viven allí cuales son las menos conocidas y las más tranquilas. Generalmente son a las que van ellos, porque también huyen de los turistas.

Y si con todo esto aún te sobra gente como a mí pues no tienes más remedio que esperar a que te toque el euromillón y comprarte una playa para ti solo. Mientras tanto no te queda más remedio que compartir espacio. “Compartir” que palabra tan desagradable, tanto o más que las playas abarrotadas de gente.