LA AVENTURA DE ABRIRSE UNA APP DE CITAS

¿Cómo me inicié en el maravilloso mundo de la app de citas? Supongo que como todo el mundo, una amiga que se supone que te quiere te recomienda abrir nuevos horizontes y encontrar a tu media naranja en este tipo de sitios, pero ¡alerta spoiler! Solo encuentras morralla virtual, que oye, puede que no acabes teniendo nada serio con alguno de ellos (o sí) pero lo que seguro te llevas es un arsenal de anécdotas para contar a todos tus conocidos.

Para hablar de esto tengo que remontarme al año 2020 que para todo el mundo fue el comienzo de la pandemia pero para mí también supuso una liberación emocional.

Tras 5 años de relación reuní el valor suficiente para dejar a mi ex (porque nadie habla del marrón que supone dejar a alguien). Una buena amiga me dijo que debería abrirme una de las famosas apps de citas de las que tanto oímos hablar y aquí fue donde empezó la odisea. 

Después de una relación tan monótona como la que había vivido pensé  que mi vida sería como la de Samantha Jones (Sexo en NY) y aquí estamos, teniendo citas como en El Diario de Bridget Jones, que comparten apellido pero ahí acaba todo parecido.

Total, me descargo la famosa app y ahora viene el verdadero calvario: que qué foto me pongo, no sé cómo describirme, tiene que ser algo llamativo pero no demasiado directo, en esta foto salgo fea, en esta enseño demasiado…y cuando por fin te decides y tienes todo bajo control, viene lo bueno.

¿Qué sucede después de bajarte la app de ligar?

Al principio todo son risas porque vas descartando a los que no te gustan y dando “like” a los que en la puta vida entrarías en persona, pero en esos momento te crees una diva y cómo va a decirte ese que no, es imposible. Después de un minuto (literal) llega el primer “Match” y tú que eres una mujer moderna y empoderada le empiezas a hablar con lo que crees que es algo original.

Aquí es donde tiene dos opciones, o el tío es majísimo y te sigue el rollo o empieza lo que yo llamo la entrevista de trabajo “¿qué tal?” “¿bien y tú?” “¿a qué te dedicas?” y aquí cariño, es cuando piensas si todo va a ser así.

Pero chicas, tranquilas, que si vosotras sois gente “normal” y estáis en un sitio así tiene que haber algún chico que esté en vuestra misma situación, o eso piensas para consolarte.

Después de varios días hablando con tu “crush” descubres que la cosa fluye pero ¡ojo!

Hay que pasar varios filtros de los que nadie suele hablar. Primero os dais las redes sociales para ver mejor la mercancía. Siendo sinceras os habéis mandado las mejores fotos con todos los filtros posibles o desde un ángulo que disimulan los posibles defectos, aunque no tengas porque eres una diosa. Si después de ver todas sus fotos hasta remontarte a 2010 te sigue gustando, es el momento de dar el paso y pedirle su teléfono. Este es un momento crucial, si te lo da sin poner pegas es que tiene interés, pero si empieza a decirte “no suelo dar mi teléfono, es algo muy personal” o “hablamos mejor por aquí” siento decirte amiga que eso está muerto. Tu Satisfyer siempre estará ahí para consolarte.

¿Y si todo eso sale bien?

Si después de toda esta aventura acabáis quedando y parece que todo va bien, espera a ver el abanico infinito de posibilidades que te ofrece un adulto de edad media con cero inteligencia emocional.

No te asustes que no todo es malo. Vas a tener una dilatada experiencia sexual en todo este proceso y puede que hasta ganes algún amigo con el que pasar los duros y amargos momentos de la soledad.

 

Lara Cuéllar

 

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