El amor es bonito. O eso dicen.

El amor es bonito. Y bueno. Y necesario. Y romántico. Y un montón de cosas más.

Cuando alguien se refiere al amor, siempre suele referirse al amor bueno, a ese correspondido y con final feliz pero a veces el amor no es así.

A veces el amor es imposible. IMPOSIBLE con todas sus letras.

Imposible por mil motivos: por ser inalcanzable, porque no es correspondido, porque es virtual y sabes que nunca va a salir de la pantalla, por tóxico, por la distancia, porque involucra a terceras personas, porque está idealizado… Porque dicen que el amor todo lo puede pero todos sabemos que, en muchos casos, no es así.

Y entonces, cuando el amor es imposible, ¿cómo se olvida?

Algunas cosas que hacer para olvidar un amor imposible

Borra las fotos o al menos, guárdalas en un rincón del cajón que nunca abres. En serio, regodearse viendo fotos no es bien.

Deja de imaginar lo que pudo haber sido y no fue. Todo pasa, o no pasa, por algo. La vida y el amor no son un libro de aquellos de «Elige tu propia aventura» que leíamos de canijos. Aquí no puedes volver a la página 5 para elegir la otra opción, pero siempre puedes pasar página.

Deja de ponerte en bucle esa playlist que lleva su nombre, esas canciones que hablan de vosotros o de tu historia imaginaria, si es que existe.

Respira. Toma aire. Respira el aire de la montaña, el salitre del mar, el olor a hierba recién cortada y hasta del de las nubes. Respira.

 

Rodéate de tus amigas. Déjate abrazar y abraza. Ríe con ellas y brinda sin ningún motivo. O por todos los del mundo. Deja que te ayuden a ser feliz, deja que te saquen veinte mil sonrisas

Permítete estar a veces un poco triste e incluso escuchar a Álex Ubago.

No te resignes, pero acepta la realidad. Pon los pies en la tierra, baja los pensamientos de las nubes y deja de navegar en barcos de papel.

Disfruta de la pequeñas cosas de la vida. Mucho.

Pon en marcha todos esos planes que siempre dices que vas a hacer y nunca haces. Visita ese lugar al que te mueres por ir, apúntate por fin a esas clases de zumba que has ido posponiendo y vete a ver el partido de fútbol de tu barrio si es lo que siempre has querido.

Aléjate de la otra persona. Lo sé, es difícil, y más en estos tiempos de redes sociales donde estamos conectados por todos lados pero poner distancia es importante y te hará el proceso más llevadero. Seguro. Te costará, pero lo conseguirás.

Quiérete mucho y bien. En el proceso del olvido y en toda tu vida. Quiérete tú y luego que te quieran los demás, si quieren.

Deja que te quieran. El mundo está lleno de gente que te quiere, disfruta de esas personas.

 

pareja mirándose

Habla con alguien. Cuéntale que estás intentando olvidar, deja que se interese por como te sientes, verbalizarlo te ayudará.

No te culpes por esos momentos en los que bajarás la guardia y te sorprenderás cotilleando el perfil de esa persona en Instagram o incluso contestándole a ese mensaje que te envió hace días. Hay días tontos, qué se le va a hacer. 

No te pases las tardes de los sábados viendo comedias románticas en Netflix donde todo es posible. Sabes que eso no es la vida real y ver amores perfectos no ayudará.

Sal de cervezas, de vinos, de sidras o de colacaos pero sal.

Dale al play y sube el volumen cuando suena esa canción que te llena de adrenalina para toda la semana. Escucha música de esa que sienta bien, que levanta el ánimo y te hace bailar aunque no quieras.

Evita frecuentar los sitios donde es posible que coincidáis. Hay mil bares donde tomarse una copa sin estar pendiente de si entra por la puerta, y cuarenta mil restaurantes que son una alternativa perfecta a su sitio preferido. No se trata de huir, sino de buscar espacios de comodidad.

No te cierres en banda. En serio, que un clavo saca otro clavo, que quizás pienses que no tienes el chichi para farolillos ni la mente para un amor romántico pero es que las cosas llegan cuando no se las espera. No despejes balones sin saber de donde vienen, que uno de los polvazos del año o el amor de tu vida puede estar a punto de aparecer.

 

Date tiempo, deja que pase el tiempo y un buen día seguirás recordando ese amor imposible pero te darás cuenta que ya no duele.

Y entonces sonreirás.