Nenas, el verano ya está aquí. Todos esos kilos que no hayáis conseguido perder durante el invierno ya no los vais a perder en una semana, así que… ¡se acabó! dejad de preocuparos. Ha pasado otro año más y has llegado a la misma conclusión: eres una fracasada. Pero, además de una fracasada y una persona sin ningún tipo de fuerza de voluntad ni amor propio, probablemente también seas una gorda.

¿Dónde está la delgada línea (es lo único delgado que vais a encontrar en este artículo) que separa la normalidad de la gordura? ¿Cómo puedo saber si podré lucir un bikini este año o si debería volver al horrible bañador tapabarrigas? ¿Será necesario usar leggins para ocultar mis horribles piernas durante el verano? ¿Debería correr (sí, correr, jajá, a quién quieres engañar) a comprarme una faja reductora para que, al menos, cuando me ponga un vestido, no parezca una persona amorfa? Todas estas preguntas y, seguramente, todas las que os pasan ahora mismo por la cabeza serán resueltas al contestar una sola pregunta: ¿Cómo puedo saber si estoy gorda? Y yo, queridas amigas, os voy a ayudar a encontrar esa respuesta con cuatro sencillas pruebas.

1. La prueba objetiva

Desnúdate y NO, POR DIOS, NO TE MIRES EN EL ESPEJO, no te hagas esto. Simplemente, mira hacia abajo. ¿Qué ves? ¿Ves una barriga gigante? ¿Puedes ver tu ombligo? ¿Puedes ver tu vello púbico (en el caso de que lo tengas, que igual eres una fresca que lleva aquello como una barbie)? Y, lo más importante, ¿puedes ver tus pies?

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Respuestas a la prueba objetiva:

Si no puedes ver tus pies: megagorda

Si no puedes ver tu vello púbico: gorda

Si no puedes ver tu ombligo: gorda

Si ves una barriga gigante: gorda o embarazada

 

2. La prueba del Bershka

Probablemente el Bershka sea la cadena de ropa con las tallas más pequeñas que pueblan nuestro país. Por lo tanto, es un indicador excelente para saber si una persona está gorda o no. La prueba es muy sencilla: localiza tu Bershka más cercano y vete para allá. Si sospechas que podrías estar gorda no vayas con tus amigas, no quieras avergonzarlas en público. Una vez en la tienda: date un paseíto y elige aquellas prendas que, independientemente de si te gustan o no, crees que podrían valerte. Luego vete a un probador. ¿Qué ha pasado?

scanned by EPD from the book ' The World of Beryl Cook'

Respuestas a la prueba del Bershka:

Si una dependienta se te ha acercado y te ha dicho: «aquí no tenemos nada para ti»: megagorda

Si cuando has querido entrar al probador no cabías en el propio probador: megagorda

Si cuando te has probado la primera prenda, la has roto: megagorda

Si has conseguido meterte en una de las prendas escogidas pero tus extremidades comienzan a ponerse moradas: gorda

Si has conseguido meterte en una de las prendas escogidas pero ya no puedes respirar: gorda

Si has conseguido meterte en una de las prendas escogidas pero sospechas que ya no te la vas a poder quitar: gorda

Si has conseguido meterte en una de las prendas escogidas pero pareces un redondo de ternera: gorda

Si has entrado en la prenda con facilidad y encima te queda bien: ¡estás de suerte, cariño! ¡tienes un tipazo! ¡Corre a comprarte bikinis! ¡Tú sí que vas a disfrutar del verano!

 

3. La prueba de los tacones

Esta es una de las pruebas más científicas para determinar si estás gorda o no. Hay una regla matemática para comprobar cómo de gorda estás, y para completar la ecuación solo necesitas hacerte con varios zapatos de tacón. Proporción directa: a mayor tacón soportado, mayor probabilidad de que no estés gorda. Para esta prueba necesitas ir a una zapatería que sea un poco gitana y que tenga una buena colección de zapatos de taconazo, pero también algún zapato plano, por si resulta que eres una megagorda. Escoge los zapatos que más tacón tengan de toda la tienda, luego unos con un tacón normal, luego otros con un tacón medio y otros con un tacón bajo. Le dices a la señorita dependienta que si hace el favor de traértelos en tu número y te sientas. Comienza a probártelos en orden de más a menos tacón.

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Respuestas a la prueba de los tacones:

Si soportas con soltura los tacones más altos de toda la tienda y además eres capaz de caminar con ellos sin parecer una retrasada: ¡enhorabuena, estás delgada!

Si has conseguido ponerte de pie sobre los tacones más altos de la tienda pero no te atreves a dar un paso: o tienes un ligero sobrepeso o eres una delgada patosa. Prueba no concluyente.

Si nada más probarte los tacones más altos de la tienda y sin ponerte de pie ya notas cómo te aprietan y cómo tus tobillos han hecho CRASS!: estás gorda o megagorda. Para determinar cómo de gorda estás, pasemos a los siguientes tacones.

Te pones los tacones normales y te levantas. Te tienes en pie pero te da miedo andar: ligero sobrepeso o delgada patosa. De nuevo, prueba no concluyente.

Te pones los tacones normales y al levantarte sientes que tus pies te piden por favor que te quites esos zapatos: gorda.

Te pones los tacones normales y al levantarte pierdes el equilibrio y te caes: megagorda y además ridícula.

La prueba definitiva para saber si, finalmente, eres gorda, es que te sientas muy cómoda con el tacón medio. Si por fin te pruebas unos zapatos con un tacón de 4-5cm y sientes que puedes caminar (aunque no por muchas horas) es que estás gorda. Si por el contrario, el mejor tacón para ti es el bajo 2-3cm, es que probablemente seas megagorda. Si vas directamente al calzado plano entonces no hay ninguna duda: eres megagorda.

4. La prueba del transporte público

En los medios de transporte públicos hay asientos diseñados para personas normales. Por lo tanto, usar este parámetro como medidor de tu gordura está más que justificado. Seguro que en algún momento de tu rutina diaria tienes que usar un autobús, coger un metro o incluso volar en un avión. Aprovecha esa oportunidad que la vida te presenta para saber si estás tan gorda que mejor te vendría caminar más y coger menos buses.

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Respuestas a la prueba del transporte público:

Si tu intención es sentarte en un asiento pero acabas ocupando dos: estás megagorda.

Si te sientas en un asiento al lado de otra persona y esta persona tiene que removerse para que tú entres o directamente se levanta y se va asqueada: estás megagorda.

Si ocupas un asiento en un autobús y notas cómo nadie quiere sentarse a tu lado: estás megagorda y además no te lavas.

Si te sientas en un asiento de un avión de Ryanair y notas que tu culo no cabe bien del todo: estás gorda.

Si te sientas en un asiento de un Alsa y no eres capaz de estar cómoda en ninguna postura: estás gorda.

Si te sientas en un asiento del metro y otra persona puede sentarse cómodamente a tu lado y ninguno de los dos os molestáis: estás delgada y estás de suerte.

Espero que estas pruebas te ayuden a saber si realmente estás gorda, y en el caso de que lo estés, comiences a tomar medidas para hacernos a todos la vida más fácil. Por cierto, estas pruebas no están aplicadas a hombres porque ellos nunca están gordos, solo están fuertecitos.