El mundo de lo erótico es más que fascinante, y que me lo digan a mí que trabajo en una tienda erótica donde además tengo mi consulta sexológica. Por eso aquí os traigo unas cuantas anécdotas de mi trabajo. No tienen desperdicio… y cuando dicen que el ser humano es extraordinario, se quedaron ¡Cortos!

(Aquí tenéis la primera parte de este post, por si no lo habéis leído)

  1. La pareja que siempre te sorprende, si algo me ha enseñado este trabajo es a no juzgar a mis clientes ya que no sabes cuándo te pueden sorprender, una vez entró una pareja súper mona y cuqui muy jovencita que se llevaron los artilugios más extravagantes de BDSM, estas parejas no pasan del aceite de masaje por lo general por lo que me sorprendió bastante ¡ole y ole por ellos!
  1. Las personas que vienen a comprar cajas de 144 preservativos, siempre que los vendo no puedo parar de pensar ¿tanto folla la gente? Jajajaj y yo que me alegro ehhh.

 

  1. El cliente rata, de estos hay millones, el más característico es el que por mucho que le insistes en que se lleve un buen lubricante para su juguete tamaño XXL, no quiere gastarse ni 10€, por lo que te dice que si echarle agua DESTILADA o simplemente agua vale ¡¡¡Señor míooooo!!!
  1. Hay que tener de todo, porque nunca sabes qué y cuándo te lo van a pedir, en concreto nosotras tenemos plug anales con colas de zorro, conejo o caballo (todo de pelo artificial), siempre intentamos tener mucha variedad dentro de una lógica, una vez un señor no se llevó el plug porque el que él quería no tenía esa tonalidad de marrón, porque lo quería un poco más oscuro… supongo que tiquismiquis hay en todas partes jajaj.

 en serio

  1. Cuando la gente te explica con todo lujo de detalles lo que piensa hacer con el juguete que se va a llevar, a quien y por donde se lo va a meter, etc. Y tú tienes que poner cara de que lo que está diciendo lo escuchas todos los días ¡PARFAAAVOR!
  1. Esto me pasa con los hombres por lo general, cuando vienen a comprar un vibrador para su mujer y te preguntan con cara picarona si tú lo has probado también. Sois muy cansinos y me dais mucho asquito con esto, mi contestación siempre es fría y distante, con un “ESO ES IRRELEVANTE” me quedo más ancha que larga.

 

  1. El especialito que todo le da alergia, es verdad que no todo el mundo tiene la misma tolerancia a todos los productos, por eso contamos con lubricantes o materiales específicos para que esto no pase y tenga la mejor experiencia, el problema está cuando ven que es algo más caro que el que “les da alergia”, pues mucha gente prefiere llevarse el que le sienta mal o uno muy similar a gastarse un poco más en un buen producto ¡FLI-PO!
  1. El que viene a por lencería y no se sabe la talla de su mujer, todas las personas que trabajan en tiendas de ropa sabrán de que hablo, ya que existe una talla universal que se llama “así más o menos como tú”. El problema está que la lencería no se puede cambiar, por mucho que lo intente más de uno y de una, ¡que no coñe!

Si es cierto que este tipo de cosas hacen que mi trabajo muchas veces sea más ameno y diferente la verdad, me encanta y lo disfruto mucho. Está claro que gente especial te la encuentras en todos lados, y gente tiquismiquis la habrá siempre, pero que sería de mis listas de anécdotas sin ellos…