Cosas que no me gustan de ser madre (Parte 1)

 

EL EMBARAZO

 

Que si me descuido, dejo de ser yo. 

 

Bien podría ser éste el único y todopoderoso motivo y acabar sin apenas empezar mi relato.

Pero no. Como en todo en la vida, me atrevo a dar más razones. 

Porque haberlas, haylas. 

Joder si las hay.

 

Odio mis dos embarazos. Odio la acidez o combustión espontánea desde el minuto uno. El roncar, el dormir mal, las náuseas. EL MIEDO. Ir a mear o cagar con el corazón en un puño por si sigo sangrando. Sangrar. Los nervios para entrar a una eco. Elegir nombres. No poder ponerme los calcetines. No verme el higo. Los análisis continuos. La prueba del azúcar. La corta. La larga. 

#MeCagoEnMiPutaEstampa.

Que me toquen la barriga y de rebote simbólicamente el coñx. Que me toquen el coñx literalmente. No entrar en mi ropa. El comprar ropa de la mala la mejor (por favor, más ropa premamá, más ropa de lactancia NORMAL). 

Tener tanta hambre. Tener tanto sueño. 

Que me digan:

‘Qué barriga más gorda’ 

‘¿De tan poco estás? Parecía que era más ‘

‘¿Vienen dos?’

#TuPutaMadre

Odio a Hamilton. Y a quienes lo practican sin permiso y sin tacto.

Odio las faltas de respeto. La violencia en general y la obstétrica en particular. 

Odio el puto potro. Chillar de dolor. Las vías. La sonda. Las preguntas insistentes e impertinentes mientras el sufrimiento nace, crece y se reproduce, en lugar de esperar a que muera. Coñx.

Odio pensar en esos momentos que puedo irme. Irme y no conocer a lo que sale de mis entrañas. Miedo a dejar en casa a otra que ya parí. Odio pensar que me vaya.

Odio a quien me dice:

Empuja. Empujaa. Empujaaa.

Odio a todo el mundo ahora.

Y de repente.

Silencio.

Paz.

Vida.

Y el amor se abre paso.

 

LADY APEGO