Sí amiga, lo de las primeras citas podría considerarte deporte de riesgo y es que, si nos ponemos a analizarlo bien, la broma tiene más contras que pros. Si la jugada te sale bien y todo acaba como tiene que acabar, todo lo malo del principio habrá merecido la pena. Si la cosa acaba mal… pues eso, que vaya coñazo de primeras citas. Desde aquí queremos proponer que se eliminen y que pasemos a la segunda cita, cuando todo es más natural y no estás tan nervi.

– Que te vean llegar andando. ¿Puede incomodar más? Tu ligue mirándote. Tú caminando que se te mete el vestido entre las piernas, que el pelo se te mete en la boca por el viento. 0 dignidad.

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– Llegar tarde y que ya esté allí esperando. Ay no, el horror, te tocará el punto número uno muy a tope.

– Ir a comer/cenar/merendar. Pero, ¿quién narices inventó que en las primeras citas se tiene que comer? No, no, no. Está bien ir a tomar una cerveza, una copa, pero comer no. Que se te quede un cacho de comida entre los dientes o comer algo que lleve ajo, EL MAL.

– Levantarte para ir al baño y saber que te está haciendo un repaso. Hemos llegado a aguantarnos el pipi muy fuerte por corte. Sabes que te vas a levantar e inevitablemente te va a escanear, tú también lo haces.

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– No saber si pintarte los morros por si hay beso. Menos mal que empiezan a existir labiales a prueba de morreos.

– Ponerte bragas feas porque no vas con la intención de follar en la primera cita, pero arrepentirte en cuanto le ves porque SÍ VAS A FOLLAR. Llevar en el bolso unas bragas de urgencia ayuda.

– Que se te vayan cayendo las medias y parezcas idiota subiéndotelas cada dos por tres. 

– Lo mismo con depilarte. No depilarte significa follar, todas lo sabemos.

– Quedar de borracha porque te has bebido cinco cervezas y el tío no bebe. Drama.

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– La tensión del: ¿nos pedimos otra?. Porque a ti te mola pero no sabes si es recíproco y no quieres ser pesada.

– Los silencios largos.

– Ir más o menos arreglada que él. Esto es un putadón. Tú vas de punta en blanco y él en chandal, y es que cuando te dijo que te llevaría a un sitio sorpresa no se te ocurrió pensar que sería a una guerra de paintball.

– Vivir en tensión porque como te pones nerviosa y sudas igual hueles mal o te salen gotillas de sudor en el bigotillo.

– No poder reír a gusto por si se te escapa un moco.

– Que se pase toda la cita pendiente del móvil. Incomodidad, no mola. Phobbing.

– Que hables tú más que él.

Berri.