En catalán, hay una expresión que dice “cara pigada, cara estimada” (cara pecosa, cara querida). Pero, ay amiga, una cosa son los refranes y la otra parecer un panecillo integral, según canta Pereza. Al fin y al cabo, las pecas, lunares y otras hiperpigmentaciones de la piel, son lo más normal del mundo pero, como diría La Vecina Rubia, “me gusta ser rubia, pero a veces es difícil”. Pues lo mismo nos pasa a las pecosas. Por eso, y porque no estás sola, seguramente te sientas identificada con las siguientes situaciones.

En algún momento os habéis llevado regular

Puede ser por alguna burla de tus simpáticos compañeros del colegio, por el disgusto de un familiar al ver que heredaste sus “manchas” o simplemente porque, cuando eras pequeña, las princesas Disney tenían una piel de porcelana lisa e impoluta. En todo caso, y probablemente en esa maravillosa época que es la adolescencia, has tenido (o tienes aún) tu momento de rebelión.

También es probable que hayas visto personas o fotos de modelos (que no son lo mismo que las personas) con pecas y que te hayan parecido preciosas. Pero de ahí a que te gusten las tuyas… y es que eres una experta en el campo y tienes tu propio criterio de belleza en cuanto a la distribución, la tonalidad o el tamaño.

Revisiones regulares

En algunos casos, además, las pecas se convierten en una cuestión de salud. Por eso, es importante, ante la duda, consultar cualquier novedad o anomalía con un médico. En cualquier caso, te conoces el mapa de tu piel, mejor que el de los Siete Reinos (y ya es decir). Siempre estás alerta a cualquier recién llegada, a aquéllas que sólo vienen a veranear a tus costas cada año, y a las que se transforman como en Lluvia de estrellas.

Reina de las protecciones

Sombrilla, sombrero, protector solar 50+ y un largo etc., si salgo al sol, me equipo con más artilugios que el Inspector Gadget. No se trata de intentar acabar con ellas (eso ya quedó atrás en años de echarte cemento para taparlas), sino de cuidarlas y de cuidarte a ti. En el proceso, es posible que te confundan con Winona Ryder en Beetlejuice.

Te piden el DNI

Olvídate de cremas, sérums y mascarillas, lo que realmente rejuvenece son las pecas. No está claro si hay que darle las gracias a Pipi Calzaslargas, pero las pecas te dan un aire aniñado que, para bien o para mal, suele quitarte años (doble combo si mides menos de 1,60).

Despertadoras de pasiones

Tanto si te sientes identificada con lo anterior como si no entiendes nada porque siempre te has sentido muy a gusto con tu piel estrellada (ojalá), seguro que más de una vez, especialmente si te has quejado, has oído un “pues a mí me encantan tus pecas”, “son súper monas” o “las pecas son muy sexys”. Y es que, efectivamente, a tu alrededor se mueren por tus pecas, en silencio o a gritos. Ante la duda, déjate querer y adorar como diosa de la melanina que eres.

Tengas las pecas que tengas, lo importante es que, a pesar de los altibajos en vuestra relación, nunca tendrás que gastar dinero o tiempo para pintártelas o ponerte filtros. Porque tú tenías pecas antes de que se pusiera de moda.

Elisa Vera.