COSAS QUE TE PASAN CUANDO VAS BORRACHA

Todas hemos ido merla alguna vez, pasadas, contentas, dobladas, hamaca, pedo o como lo llaméis en vuestra tierra. Yo he ido DEMASIADAS veces pasada, yo qué sé hija no fumo, no juego a tragaperras, no he probado drogas en mi vida, pero me he bebido cubatas como panes (y como pollas también).

Lo primero diré que de todo lo que he podido hacer borracha no me arrepiento de nada, porque en ese momento vi que era lo que me apetecía, la dignidad al suelo, pero yo con la cabeza alta.

 

Dormir en sitios raros

Una vez me quede dormida en un prado mientras meaba en las fiestas de mi pueblo. No me preguntéis por qué, pero lo que sí sé es que me caí encima del meado, todo muy bonito vaya.

Cotillear abiertamente de cosas que estando sobria quizá no dirías

Yo esto lo he hecho mucho, y con gente con la que tampoco tenía mucha confianza. Te vas a una fiesta con tus colegas de la universidad y algún conocido extra y les cuentas hasta tu marca de copa menstrual. Que oye pues siempre está bien porque ves puntos de vista diferentes, pero a lo mejor a tu compañero de la tercera fila se la suda que Carlos se haya liado con María la verdad (pero luego bien que ponen todos la oreja eeeeh).

 

Tirarte pedos

De esto poco se habla, pero ya es hora de mencionarlo. ¿No os pasa que estando pasadas de alcohol os tiráis más pedos que nunca y encima huelen fatal? Si yo cené ligerito Antonia que me está ocurriendo.

 

Intentar cantar canciones que no te sabes y se te note

Fui a la orilla del ríííooo, y vi que tirorarirooooo, larolelolaleloooo, vi que crecían amapooolas y tu amigo mirándote fijamente mientras cantas tus lyrics de primero de Operación Triunfo.

 

Ser pesadas

Que joder, te quiero mucho tía, o sea siempre voy a estar ahí ¿vale?, pase lo que pase. ¿Que tienes algún problema? Tú me llamas tía porque si porque hemos vivido mucho juntas y blablabla jesús pareces un cura dando sermón, estás siendo PESADA. Admítelo y vete a dormir.

 

Mear acompañada

Y con la puerta abierta, el tanga por el suelo, de cuclillas, el pintalabios corrido, aliento de encurtido y tu amiga ahí rajando mirándose al espejo contándote por qué ha pasado de el Charly, y ya era hora porque (piensas tú) es un gilipollas.

Liarte con CADA persona

Que luego le ves otro día y piensas mari Tere, ¿por qué?

 

Llorar

Bien porque estás en un momento de bajona, bien porque ese día te dio un chungo particular, o porque has visto algo que te ha molestado. Motivos hay muchos y razones buenas, ¿qué hará el alcohol que activa las hormonas de la tristeza, la ira, la alegría y la diarrea todo a la vez?

 

Caerte

Y levantarte tan a gusto como si te diera absolutamente igual, incluso te ríes. Mira, te digo yo que te pegas esas hostias sin estar borracha y te tienen que llevar a la uci por desprendimiento de algo guapa, pero con alcohol lo sobrellevas mejor.

Tener conversaciones raras con gente más rara aún

El típico tío raro con el que nunca hablas, tu ex no, el otro que conoces pero meh, te da un poco igual. Pues ese día oye borrachos como cubas mágicamente os ponéis a filosofar sobre las estrellas, la vida y el budismo.

 

Dar consejos

Y malísimos todos, obvios y absurdos. Pero a ver también qué se esperan tus amigos, que te quedan dos neuronas de tanto cubata y una la necesitas para no potarte encima.

 

Huir en mitad de la fiesta

De repente te entra el agobio y te vas 15 minutitos fuera a tomar el aire, y ahí es cuando te pones tu solita filosófica, o emocional, o de nuevo todo a la vez. O simplemente te tiras el pedo que si todavía puedes controlar tu cuerpo llevas aguantando dentro buen rato.

Tener momentos de euforia y felicidad máxima

Yo no sé vosotras, pero yo tengo recuerdos tan buenos estando borracha. Todo parece genial, todos son super majos, la música ya puede ser horrible que tu estas ahí dándolo todo y además piensas en el cuenco de cereales que te vas a tomar al volver a casa y te sale una sonrisa de oreja a oreja que todo lo vale.

Sentir que todo lo de noche anterior valió la pena a pesar de tener dolor de estómago, de cabeza, laringitis y fotos humillantes en el móvil al día siguiente. Porque qué más da todo eso si se va a ir con un ibuprofeno y varias horas de ver en la tele programas de calidad cultural como Mini casas de ensueño o Élite.


Te falta perreo