Menos mal que fue una falsa alarma, amigas, MENOS MAL. En primer lugar porque yo no quiero ser madre, y en segundo lugar porque hay que ver las confianzas que se toma la gente para dar opiniones que nadie le ha pedido, y más aún cuando creen que una puede estar embarazada.

Porque sí, había una minúscula probabilidad de que me hubiera quedado a pesar de los anticonceptivos, pero yo estaba bastante segura de que todo se debía a un desajuste hormonal sin más. Y es que todo empezó justo un año después de que empezase a tomar las pastillas para regular la duración de mi menstruación y la cantidad de sangrado, ya que podía tirarme manchando a lo bestia entre 8 y 10 días y así no había quien hiciera vida normal.

Durante un año todo fue genial: la regla me duraba tan sólo un par de días, los dolores prácticamente desaparecieron y mi estabilidad emocional dejó de irse al garete durante esos días del mes. Sin embargo, hace un par de meses empecé a tener pequeños desajustes, hasta que al llegar justamente al año mi regla desapareció, y tras casi un mes de retraso decidí pedir cita en el médico y comprar un test de embarazo en la farmacia para ir descartando en lo que llegaba el día de la cita. Debo decir que yo soy muy aprensiva con todo lo que tenga que ver con problemas médicos y estaba bastante de los nervios a pesar de que el test de embarazo había dado negativo; además de eso, soy muy expresiva y se me nota de lejos cuando algo no va bien.

Si a eso le sumamos que mi novio también estaba bastante preocupado, el resultado fue que se acabó enterando bastante gente de que era ‘’posible’’ que estuviera embarazada, y si bien mi familia se limitó a decirme que no me preocupase, que seguro que no era nada y que pasase lo que pasase estarían ahí, no tardaron en llegar los opinólogos de turno a meter las narices en mi vida y en mis ovarios.

Estas son algunas de las perlitas que tuve que soportar por parte de amigos, conocidos y familiares:

 

-Preguntas sobre el ‘’bebé’’: Por más que repitiera que no creía que estuviera embarazada y que en caso de estarlo no pensaba tenerlo, había quien seguía machacando con que, si al final resultaba que acababa siendo mamá si preferiría que fuese niño o niña y si habíamos barajado opciones de nombres. Concretamente mi cuñada llegó a preguntarme si teníamos pensado bautizarlo.

-Cuestionar mi decisión de abortar si resultaba estar embarazada: La pregunta más repetida respecto a esto era ‘’pero, ¿tu novio tampoco quiere ser padre?’’, seguida de caras de alivio y de frases del estilo a ‘’bueno, si estáis de acuerdo los dos no hay problema’’. Sí, a un par de personas me tocó soltarles que si mi novio tuviese algún problema con mi toma de decisiones respecto a mi cuerpo, no sería mi novio, además de que a estas alturas de la vida hemos hablado largo y tendido sobre el proyecto de vida que tenemos en común.

 

-’’Pues ahora que lo dices, yo sí que te veo algo de tripita’’: ‘’Sí, es que no suelo cagar en el trabajo’’. No hacen falta más explicaciones: directo, conciso y lo suficientemente embarazoso (jaja) como para que la otra persona se pusiera colorada y no me preguntase más.

 

-’’Ay, mujer, pues por un lado qué pena, ¿no?’’: Esta fue por parte de mi suegra cuando los análisis de sangre y de orina que me mandó mi doctora dieron negativo. Huy sí, qué pena haberme perdido la maravillosa y enriquecedora experiencia de abortar, me moría de ganas, señora.

 

-La de que si ahora que había vivido los nervios de la posibilidad de estar embarazada no había cambiado mi perspectiva sobre ser madre en un futuro próximo: Esta vino por parte de una amiga mía que siempre ha querido ser madre. No, querida, la única perspectiva que ha cambiado para mí ha sido la de que además de las pastillas vamos a seguir usando preservativo.

 

-’’Pues nada, ahora sólo puedes tratar de relajarte y esperar’’: Mi favorita sin duda, la de mi médico de cabecera, quien me dijo que tras este susto no podía hacerme más pruebas y que tal vez se me estuviera retrasando la regla más aún por la ansiedad. Vamos, que es perfectamente normal que mi regla se retrase un mes, me dure una semana, se vaya y vuelva a la semana siguiente, Ha tenido que venir el médico que le ha sustituido durante las vacaciones a mandarme una ecografía para descartar un posible quiste o un tumor, nada grave, vaya.

 

Porque, para sorpresa de nadie, en nuestros úteros y en nuestros ovarios se mete todo el mundo menos quien se tiene que meter. Quién sabe, igual llevo otro mes sin menstruar por culpa de las pastilla o por culpa de unos quistes; o tal vez sea cosa de la ansiedad y tenga que relajarme.

 

Con1Eme