Asumo que esto habrá pasado mil veces a lo largo de la historia, asumo que es algo que se repite en bucle una y otra vez en la humanidad, asumo que no soy la primera ni la última, pero no por eso es menos putada.

Llevo más de un año negándome la evidencia, llevo más de dos fingiendo que no me doy cuenta. Hasta el otro día. El otro día por primera vez en mi vida se me ocurrió verbalizarlo, decirlo en voz alta, confesarle a una desconocida que creo que me estoy pillando por mi colega, pero lo peor es que cuanto más lo pienso más claro tengo que le mentí, no me estoy pillando, ya estoy pillada, desde hace mucho, demasiado tiempo.

Desde que le vi en clase me llamó la atención, desde que empecé a tratar con él supe que era diferente, desde que somos realmente amigos me hace sentirme asquerosamente especial, única, suya.

Desde que lo conozco tiene novia, a la cual le ha puesto los cuernos con una amiga mía. Una amiga que conocí al mismo tiempo que a él, llegaron a mi vida juntos. Ella se ha ido, dejó la carrera y prácticamente desapareció de nuestras vidas. No digo esto porque me lo tome como que es una excusa, soy consciente de que está mal. De vez en cuando hablo con ella y sé que tuvieron algo, pero si algo es real, por sucio que sea, es que no pienso en ella, no la tengo presente, en ningún momento me coarto por recordar que alguna vez tuvieron algo. Si lo pienso en frío me siento fatal, pero la realidad es que en mi día a día no la pienso, si lo tengo a él delante ella no está ni en mi subconsciente. Y no sé por qué.

Lo ha dejado con su novia y el saber que no tiene a nadie me está matando por dentro, me aniquila poco a poco, me está volviendo loca. No ha cambiado absolutamente nada entre nosotros, simplemente que él no folla por las noches con otra mujer. Sigue siendo conmigo igual de espectacular que siempre, sigue hablándome de sus movidas de la misma forma, me sigue contando quién le pone cachondo y quién no exactamente igual que antes.

Pero es como que ahora que sé que ya no está con nadie se me está revolucionando el corazón, me está pidiendo a gritos más, mi cabeza se está volviendo loca demandando su atención y yo sé que no. Sé que no está bien porque él no es el hombre que yo necesito, sé que no está bien porque se lió con una amiga, sé que no porque yo no le gusto. En el fondo de mi ser lo sé, no es para mi y yo no soy para él.

Aunque a veces me líe el cerebro y me mande mensajes erróneos, aunque a veces me haga creer que sí, aunque yo me quiera montar la película de mi vida pensando que en cualquier momento me va a besar yo en el fondo sé que no, que con él no, que él no, que para mí no.

Ya me lo ha contado varias veces, que tiene problemas con sus amigas porque siempre se creen cosas que no son, porque él nos trata muy bonito y porque por su culpa nosotras nos liamos, nos pensamos cosas que no son y él siempre se caga en sus muertos porque le ha pasado en repetidas ocasiones, que ha perdido a amigas muy amigas por confusiones sentimentales.

Y es que cómo no nos vas a confundir, valiente hijo de puta. Lo peor de todo es que él lo sabe, sí, lo sabe. Es consciente del magnetismo que desprende, de las reacciones que consigue, de cómo nos hace sentir. Hablo en plural porque sí, a mí me gusta, pero a la mitad de mi clase también. Hombres y mujeres, nos lleva a todos locos. Es asqueroso, en serio.

Y yo me decía, me repetía, me recordaba cada día que no, que yo no, que a mí no. Que yo era impermeable, fuerte, que a mí sus encantos no me afectaban, que yo era feliz con mi novio, que yo no necesitaba más que lo que ya teníamos, que yo con tenerle ahí era feliz. Que sí, que feliz soy, que me encanta ser su persona favorita de la vida, pero que no me da para más, que necesito más, que con esto no tengo suficiente.

Dejé a mi chico, sí, rompí con él. Lo hice porque sabía que existiendo lo que sentía por mi amigo lo nuestro no era suficiente, era consciente de que una relación de amor completa no era lo que yo tenía con él, supe que me hacía sentir mejor mi amigo que mi novio y sabía que eso no estaba bien, así que lo dejé. Lo que no me esperaba es que él también lo dejara con su novia.

Ahora estamos los dos solteros, por primera vez desde que nos conocemos. No para de decirme que salgamos de fiesta, que nos emborrachemos, que practiquemos el poliamor y que vivamos la vida. No sabéis lo malditamente feliz que soy ahora mismo, lo viva que me hace sentir, las jodidas alas que me da. El problema es que no queremos lo mismo, es que no buscamos lo mismo, es que menuda putada ser consciente de lo que le quiero.

Sé que no lo quiero sacar de mi vida, sé que estoy con él mejor que nunca, sé que ahora mismo soy más feliz que nunca. Pero también sé que esto es pan para hoy y hambre para mañana, sé que me va a acabar partiendo por la mitad, sé que voy a salir herida y, joder, a pesar de saber todo eso no soy capaz de ponerle remedio, solución, fin.

No sé muy bien para qué escribo esto, no sé muy bien qué es lo quiero y lo que no, no sé muy absolutamente nada y qué putada tan grande. Por qué siendo tan feliz me siento tan vacía, por qué siendo la teoría tan clara la práctica es tan compleja, por qué no soy capaz de decidir y ejecutar, por qué me estoy conformado con algo que no es suficiente. Por qué.

 

Anónimo