Si hay una profesión difamada o que más dudas suscita, es la de los sexólogos. Son muchas las personas que realmente deberían acudir en algún momento de sus vidas a uno y no lo hacen en ocasiones por desconocimiento.

La función de un sexólogo ha sido tergiversada a lo largo de los años, parece que acude solo alguien que quiere aprender a follar, gente con disfunciones sexuales graves o gente con los fetiches más extraños que te puedas imaginar. Ya que la gente confunde mucho los términos, yo siempre lo aclaro de la misma forma somos sexólogos no «follólogos».

 

Siento deciros que nada más lejos de la realidad. Sí es verdad que nuestro trabajo se centra en una gran parte en problemas sexuales, pero de todo tipo: desde problemas para alcanzar el orgasmo, dolor durante las relaciones, bajo deseo, disfunción eréctil, eyaculación precoz, etc.

Pero muchas veces nuestro trabajo va muchos más lejos. Tratamos de base la educación sexual, ya que la desinformación muchas veces nos hace sentirnos raros o no saber por qué pasan las cosas o dejan de pasar, cómo mejorar las relaciones en pareja, temas sobre identidad de género y orientación sexual, y un largo etc. Al final todo lo que rodea a las relaciones sexuales y de pareja lo puede tratar un buen sexólogo (recalco lo de BUEN).

Para ello, he hecho una breve recolecta de las preguntas más frecuentes que me encuentro entre mis pacientes:

¿Soy raro?

Si me dieran un euro cada vez que me han hecho esta pregunta escribiría esto desde mi mansión. Siempre que una persona me pregunta esto ante cualquier situación le suelo decir lo mismo «siento decirte que no es la primera vez que escucho esto que me cuentas» y siempre recalcando que existe una gama muy amplia de intereses y comportamientos sexuales, pudiendo ser muy diferentes o poco usuales, pero no por ello eres raro.

 

¿Cómo puedo recuperar mi deseo sexual?

Esto me resulta extremadamente curioso, porque en estos casos lo que me encuentro es con gente que lo que quiere es la pastilla mágica o el consejo rápido y fácil para solucionarlo. Cuando les digo que esto no es posible es cuando vienen los chascos. Cuando hay bajo deseo hay que analizar muy bien las causas, ya que puede estar afectado por algo biológico, una mala relación de pareja, te encuentras estresado o más cansado de lo normal y no te quedan fuerzas casi ni pa’ vivir, y un largo etc.

El deseo por lo general siempre hay que trabajarlo, si pienso que el deseo aparecerá en mi cuerpo por arte de magia, siento decirte que estás muy equivocado.

¿El tamaño importa?

Esta sería la pregunta del millón, y mi respuesta siempre será la misma NO, porque para pasarlo bien y disfrutar mucho y correrse viva no hace falta un pene, me da igual el tamaño que tenga. Ahora si basas solo tus relaciones sexuales en el mete saca siento decirte que estás condenando tu vida sexual.

Que sí, que hay mucha gente que disfruta y prioriza la penetración, pero cuando conoces un poco de anatomía, le das más importancia al clítoris que a la vagina, y entiendes que esta se adapta desde un dedo hasta un puño pues empiezas a relegar un poco la importancia del tamaño.

¿Se puede superar una infidelidad?

Esta pregunta es de las más delicadas a las que me enfrento, realmente depende mucho de la pareja y de la situación en la que se encuentren. Existen parejas que deciden pasar página, y trabajar en su relación y que ese hecho forme parte del pasado y ahí se quede.

 

Existen otras personas que no son capaces de perdonar a sus parejas y utilizan este hecho para atacar a la otra persona constantemente.

¿Hacer  «sexting» es infidelidad?

En este caso tenemos que tener muy claro que la palabra infidelidad puede ser muy diferente dependiendo de a quien le preguntemos. Cada pareja determina al principio de su relación una serie de normas, que a lo largo de esta se van manteniendo o modificando, cada uno colocara los limites y acordaran tener su relación bajo estas condiciones.

 

Existen personas para las que hacer sexting es algo indiferente ya que se queda en algo a distancia, y para otras es una traición como otra cualquiera. Es importante ser muy claros y sinceros con nuestras parejas para evitar malos entendidos.

¿Por qué se me baja la erección?

Esta es otra de las preguntas del millón, tendemos a pensar que tener y mantener una erección es lo más sencillo del mundo, pero realmente requiere un esfuerzo por parte del cuerpo y de la mente.

Los factores que más influyen a la erección a nivel psicológico son la ansiedad (no voy a ser capaz de mantenerla), el cansancio, estar pensando en otras cosas, el miedo a no rendir, etc.

 

¿Por qué no tengo orgasmos?

A día de hoy la dificultad por parte de las mujeres para tener orgasmos es la demanda más frecuente en consulta. Ahora mismo en la mía el 90% de las mujeres que atiendo es por este mismo problema.

 

Dependiendo de la persona y del caso hay que analizarlo detenidamente, ver qué factores pueden estar influyendo, modificar patrones de conducta, ver si se da sola o en pareja, etc. una vez localizado el problema se procede a introducir cambios y nuevos métodos de estimulación.


La sexualidad es tan amplia y diversa como personas, lo importante es aprender a vivirla en su máxima potencia, disfrutándola, investigando y entendiendo que para cada uno de nosotros puede ser diferente, pero no por ello mejor ni peor. Nuestro objetivo debe ser el de disfrutar solos o acompañados y poder vivir una sexualidad plena.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

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