Los derrapes cuando no vives con tu pareja, son como los espíritus.

La gente habla de ellos, pero tú crees que nunca verás uno, que eso en tu casa no pasará ¿Verdad que sí?

Pues prepárate para rascar costra maja, porque como el maleficio de Candy Man, aquí todas sabemos que antes de que se cumplan los 12 meses de convivencia, habrás visto derrapes al menos en 3 ocasiones.

Hoy me he puesto el gorro de piscina y los guantes amarillos de fregar para contaros que los derrapes existen.

Que yo, al igual que vosotras pensaba que el culo de mi novio era un pedacito de carne blandita hecha para el mordisqueo y el deseo. Hasta que la realidad llegó a nuestra casa. Y con ella, los derrapes.

Las comedias románticas de JLO o Kate Hudson han hecho mucho daño.

Mis expectativas cuando me fui a vivir con mi novio estaban basadas en películas de Hollywood y cuentos de Disney en los que el príncipe besa a una princesa muerta y por arte de magia se enamora de ella.

Primero, vamos a ver señoras. ¿Alguien ha pensado en cómo tenía que olerle a Blancanieves o a Aurora el buzón después de tanta muerte y conjuro? ¿En serio he sido yo tan ilusa para pensar que después de un beso de ciertas características el maravilloso príncipe pediría su mano?

Ya os digo yo, que si lo único que veo y saboreo de una persona es una boca con olor a muerte, le doy el besín por revivirlo, pero eso enamorarse por chupar un desagüe humano, no lo veo.

Y de toda esa patraña vienen las expectativas surrealistas: Todo deber ser de color de rosa, cenas gourmet a la luz de las velas, mariposas, suspiros, flores, amor por doquier y sexo desenfrenado, salvaje y que dure más de 5 minutos.

Y luego te ves pidiendo kebabs en just eat y encima te llega una factura de luz de 600 pavos. ¡Bienvenida a la tierra! Desembarque de su nave nodriza por favor y recoja su equipaje.

Esperamos vivir el amor en estado puro como nunca antes lo habíamos vivido, pero créeme, que cuando los derrapes entran por la puerta el amor hollywoodiense sale por la ventana.

Y ahí reside el problema señoras, en la idealización del amor y la convivencia.

La convivencia es así: te encuentras con derrapes en el váter, te das cuenta de que a tu chico se le hacen pelusitas en el ombligo. Es tan apañadico que no le importa dejar los cacharritos sin lavar durante una semana.

Se descubren muchas cosas del otro que no son necesariamente acordes a un príncipe de Disney.

Y me da mucha pena cuando oigo a chicas de mi entorno decir que han dejado a sus parejas porque cuando se fueron a vivir con ellos perdieron todo el encanto.

Deconstruir la gran falacia de la convivencia puede ser complicado. Pero ¿No os parece bonito seguir queriendo a una persona aún cuando le ves a diario, dormido a tu lado, roncando como un jabalí y emitiendo metanito en sueños?

No vivir en una peli de Disney no convierte la realidad en menos válida o menos bonita. No podemos vivir con la constante comparativa con algo irreal.

Las relaciones evolucionan, cambian y lo más bonito de todo es saberlo vivir con humor de la mano de las persona que quieres.

Y no es por nada, pero pocas cosas hay más graciosas que un pedo compartido.

M.Arbinaga