Yo siempre había jurado que la regla de los 3 años era una tremenda pamplina. Pero ¡Eh! ¡Culpable! ¡Me ha pasado!

Aquí estoy, tras 4 años de relación preguntándome qué es lo que pasa con el tercer año de relación y porqué han cambiado tantas cosas.

¿Quizás sea la rutina? ¿Quizás sea que ya no es novedad? No lo sé, pero si te digo que la regla de los 3 años es real, cruel y huele a pedo y a pies.

No sé, cuando empecé con mi novio le veía como a un dios de ojos azules con más carisma que un croissant glaseado.

Y no te miento si te digo que mi novio no se ha dejado ni un poco ¡Todo lo contrario! A lo largo de estos últimos años ha invertido más en su desarrollo y enserio te digo que estoy muy orgullosa de él. Por no hablar de que sigue estando más bueno que un donete.

Pero ya no le veo igual y es mutuo, claro está.

Cuando llevábamos dos años y pico aún pasaba 30 minutos comiéndome el coño como si no hubiera comido en semanas.

Se traía la guitarra a la cama y me tocaba temas para dormir. No sé, me sorprendía por las mañanas con café y tostadas. Por no hablar de que muchas veces se me quedaba mirando a los ojos y me decía «Eres realmente preciosa»

Aún recuerdo aquellos días en los que se echaba perfume para meterse en la cama conmigo.

Cuando estaba en la ducha, se metía conmigo y me sobaba entera hasta que acabábamos mojando la cama entera con champú y lefa.

Antes me decía cosas como «¿Quién tiene la sonrisa más bonita del mundo?»

Después de aplicar la regla de los 3 años ¿Qué crees qué queda de aquello? Nothing, rien, ezer, res, nada.

Ahora le da igual correrse al tercer empujón y cuando termina me acerca el satisfyer.

Nos quedamos dormidos con la TV encendida y nos hemos visto todas las putas series de HBO, Netflix, Amazon y Disney.

De vez en cuando se hace café soluble después de comer y me trae a mí una taza. Cuando me hace la cucharita me mete el dedo en el ombligo, me llama al timbre y lo peor es que yo contesto.

Se tira pedos en la cama y me atrapa debajo del nórdico para que me los coma ENTEROS. Por no hablar de los que nos echamos dormidos.

Cuando me ducho, entra al baño, pone la cara contra el cristal de la ducha y saca la lengua, pone morritos y en el peor de los casos se abre el culo y lo presiona contra el cristal.

Y ahora me dice cosas como «¿Quién es mi kaláshnikov pedil?»

No es broma señoras, la regla de los 3 años existe.

No puedo decirte cuando pasó ni que cara tiene, pero existe, es real, se siente y sobre todo SE HUELE en el ambiente.

Sé que lo estoy pintando un poco mal, pero quitándole el tono tremendista, siempre he creído que todos los tipos de relación evolucionan.

Obviamente, una relación de pareja evoluciona de una manera particular porque las personas involucradas tienen acceso a los rincones más íntimos (sentimentales, intelectuales y físicos) de la otra persona.

Creo que es eso lo que muchas veces hace que las relaciones de pareja acaben un poco viciadas y con los límites de las libertades individuales un poco difuminados.

Pero en parte, creo que mientras sepamos volver a marcar esos límites y las dos personas involucradas se respeten, es muy bonito ver cómo dos individuos evolucionan juntos y se convierten en un par de guarros.

Y si, la regla de los 3 años existe. Eso no tiene discusión alguna, pero ¿Tan malo es?

Todas las cosas buenas que dejamos atrás una vez pasado el año 3, son cosas que podemos recuperar con un poco de ganas. Y de la misma manera, pasado el año 3, el vínculo que creas con una persona con la que eres capaz de no tomarte en serio ni a ti misma es único y precioso.

Al menos, yo lo veo así.

M.Arbinaga