Te ha pasado otras  veces pero últimamente te sientes genial y crees que tu suerte está a punto de cambiar. De nuevo fin de semana y tus amigas insisten en salir de fiesta. Para ellas ir a bailar (y pillarse una cogorza del quince) es un ritual que trae mala suerte saltarse. Así que te plantas frente al armario esperanzada y te tiras dos horas eligiendo modelito. Vestido nuevo, eyeliner perfecto, estás lista para una noche genial.

giphy

Tu mejor amiga va a por una nueva ronda de chupitos y por el camino es asaltada por un maromo grandote que intercepta la jugada. Una menos. Te alegras por ella y sigues bailando en el centro de la pista. Sigues el ritmo de la música y te despistas por un momento entre la multitud. Cuando quieres volver al grupo ves que otros dos chicos se han unido al bailoteo y tratan de arrimar cebolleta con las presentes. Ellas, encantadas, sonríen y se hacen las tontas. Por suerte X, tu fiel compañera que tampoco pilla nunca, sigue bailando sola y no solo eso, se viene arriba y se sube a la tarima para darlo todo. Te subes con ella, ya que hoy tampoco se liga al menos pasarlo bien y echarse unas risas, ¿no?. Entonces escuchas un susurro en tu oreja ‘hola guapa, me encanta tu amiga, ¿me la presentas?’. Te haces la fuerte y no pierdes la sonrisa. Les presentas y te aseguras de que tu amiga tiene las mismas ganas que él de seguir el tonteo. Por un rato acompañas su conversación pero pierdes interés cuando es demasiado obvio que no allí no pintas nada.

tumblr_nf8lbwyPRP1rizz8go1_400

Vuelves a tu esquina habitual, aferrada a tu cerveza que parece ser es la única que nunca te abandona. Intentas alegrarte por ellas y seguir disfrutando tu noche, ¿pero sabéis qué? Que no soy capaz. Que miro a mi alrededor y me siento pequeña, invisible. Esta situación se ha repetido tantas veces que me planteo si el problema lo tengo yo, ¿tan horrible soy que nadie quiere acercarse a mi? Os juro que salgo de casa con la cabeza alta y creyéndome estupenda, que no es aparentemente una cuestión de autoestima. Soy una persona sociable, divertida y diría que bastante mona. Pero esos momentos, cuando observo todo desde un rincón, no puedo más que preguntarme si lo único que me diferencia de mis amigas es que peso 30kg más que ellas. Ellas son maravillosas, no me entendáis mal, pero es que yo soy igual de maravillosa y lo único que recibo por las noches son copazos en mis vestidos y pisotones.

Más de una vez he salido del bar pensando ‘no volveré a comer jamás’. Llego a casa sumida en una tristeza tan grande que llego a pensar que todos mis problemas se evaporarían si pudiera adelgazar. Últimamente los medios lanzan mensajes de ‘tienes que quererte a ti misma, tienes que aceptarte como eres’. Pero hay que ser realistas, yo me quiero, pero también necesito hasta cierto punto que me quieran. No sirve de nada verte guapísima si luego sigues provocando rechazo en los demás y una noche de fiesta te deja rota por dentro. Que sí, que ya sé que no se debe necesitar la aprobación de los demás para estar bien pero… ¿quién no se ha sentido así alguna vez?

giphy (1)

No es que mi máxima en la vida sea ligar en una discoteca, pero sí me gustaría saber lo que se siente cuando a alguien le gustas sin conocerte. Que no me haga falta un ordenador de por medio para conquistar y que mi sola presencia sea suficiente para atraer miradas. Y desde aquí les mando ánimos a todas las chicas que como yo se han sentido invisibles y rechazadas en situaciones similares. No es fácil, pero quizás debamos intentar cambiar las cosas y no irnos a casa llorando cada vez que algo así suceda. Hacer de tripas corazón y bailar hasta que se haga de día. ¿Lo intentamos?

Autor: Fattie Bradshaw