La sexualidad y la importancia que ha tenido para las personas ha ido cambiando y mucho a lo largo de los años, se puede decir que desde hace unos 70 años la revolución sexual ha llegado a gran parte del planeta y ha afectado sobre todo a la libertad sexual de las mujeres.

Pero esta libertad en ocasiones no es tal, aún seguimos arrastrando ciertas lacras de la sociedad donde el sexo solo era importante para el hombre y la mujer lo realizaba para cumplir y poco más, ya que para nosotras el derecho a disfrutarlo al mismo nivel que ellos es relativamente nuevo.

Si nos paramos a analizar estos aspectos, uno que me llama poderosamente la atención y que creo que cada vez se esta extinguiendo más, es el hecho de que algunas mujeres en ocasiones utilicen el sexo como un premio para sus parejas, y que en un momento dado se puede «castigar» a un hombre quitándole su ansiado trofeo.

 

No sé si en algún momento de tu vida has escuchado a alguien decir, «si tú pareja se comporta así (meter aquí la situación que queráis) déjale un tiempecito sin sexo verás como espabila»

La idea de utilizar el sexo como arma o como premio no es nueva, pensaréis que lo mismo ya no es de este siglo o que eso ya no se hace, pero por muchos comentarios que seguimos escuchando a nuestro alrededor, en foros o charlas, vemos que algunas mujeres (NO TODAS) siguen pensando que el sexo es un premio ¡pero para ellos!

Esta idea tiene su base en lo que os comentaba anteriormente. Para el hombre parece que su mayor prioridad es el sexo, y por tanto para él tenerlo o en este caso no tenerlo es un fastidio y le puede molestar (porque claro si un tío se excita o quiere sexo no se sabe gestionar el solito -modo ironía-) y por tanto tú utilizas esa baza para castigarle, porque total para ti el sexo «no es tan importante».

Con esto seguimos fomentando la idea que el sexo para nosotras es algo secundario, que son ellos realmente los que le dan un valor mayor y nosotras pues nos dejamos llevar un poco por sus ganas y su deseo. Como si nosotras no tuviéramos ganas nunca o solo cuando ellos nos lo piden, y esto es una mentira muy grande. 

Las mujeres y los hombres disfrutamos igual del sexo y tenemos exactamente el mismo deseo sexual, por lo que si tú castigas a tu pareja sin sexo también te estás castigando a ti.

Y si realmente analizamos detenidamente esta cuestión parece que el sexo es una moneda de cambio. Que si tu pareja «se lo merece» será algo que tenga, pero si no, no. Aquí da un poco igual tu deseo sexual, es algo que ni se contempla por así decirlo, porque con esta estrategia damos a entender al otro que solo tenemos sexo por ellos y no por nosotras. 

Dejar muy claro que una cosa es que tu pareja haya hecho algo mal, hayáis discutido o que la relación se encuentre en un mal momento, en estos casos el hecho de rechazar el sexo no es un castigo en absoluto, ya que si es así, el deseo precisamente no aparece y es legítimo que no te apetezca acostarte con tu pareja en estas condiciones. No estamos hablando para nada de esta situación.

El sexo debe ser algo que forme parte de vuestra relación, en la que ambos disfrutéis y estéis de acuerdo en la frecuencia, cantidad y duración de este y en ningún caso puede ser utilizado como arma para chantajear, manipular o castigar a nuestra pareja.

Sí es cierto que esto cada vez pasa menos. Las mujeres estamos demandando nuestro sitio en el placer, no vivimos el sexo como algo por y para ellos. Nosotras participamos y disfrutamos con el sexo igual que los hombres y esto cada vez va a más y desde luego es un gran paso.

Por lo que, con el tiempo, lo de «castigar» a nuestra pareja sin sexo será cosa del pasado, ¡os lo aseguro!

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

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