Yo me pregunto estas cosas porque estoy loca perdida por un chico desde hace más de 7 años y sinceramente, reivindico mi derecho a que se me convalide ser su pareja de manera inmediata y con carácter retroactivo.

De hecho, si pudiera ir a un tribunal a justificar mi causa seguro que la ganaba, vamos a ver, desde luego se trata de una relación duradera y establecida, ¿acaso estar siete años enganchada a un chico no es señal de compromiso? He demostrado ser fiel, al menos de manera emocional y de pensamiento, no hablamos de obras porque a ver, no nos olvidemos ¡son siete años! 

Lo curioso es que el chico en cuestión nunca ha sido “algo más”, muy a tu pesar, ¡es que eso tiene mérito eh…! ya no es que sigas enganchada a tu ex, es que te has quedado prendada de lo que pudo ser y no fue, pero que en tu cabeza es algo maravilloso. 

Y ahí está el problema que a la vez es solución. Si al menos lo hubieras vivido, pues igual te das cuenta de que aquello no funciona y tienes la posibilidad de dejarlo ir, pasar página o dar carpetazo, ¡el estilo que más vaya contigo!

Pero es que así, entre la espinita clavada que te duele en lo más hondo de tu ego, el “no puede ser que se me resista tanto”, y el “¿por qué me gusta tanto este chico, que no logro sacármelo de la cabeza?”  pues chica que una no avanza y se quedan las cosas ahí sin resolver…

En serio, ya estas otra vez… Pero ¿cómo sin resolver? ¡Las cosas están más que resueltas, pero te niegas a aceptarlo! Está clarísimo, que ese chico en concreto ni hace 7 años ni hoy en día quiere nada contigo, pero ahí sigues tú, con tus mentiras piadosas que te dices a ti misma de vez en cuando, “no, si yo ya paso de él”, “disfruto de lo que es y ya está” y ese tipo de cositas que te vienen a la mente, pero, básicamente, sigues enganchada a él ¡y lo sabes!

Y es que todas tenemos nuestro talón de Aquiles, ese que nos alegra el día con un simple mensaje, por el único que harías un esfuerzo y dejarías de ver Netflix un día lluvioso de invierno. Ese por el que te cuestionas una y otra vez por qué no pudo ser, pero el mismo por el cual sonríes con solo pensar en alguno de los momentos que pasaste con él. 

Para ir concretando, lo único bueno de este enganche es que no guardas ningún tipo de rencor, porque, aunque tu mente juegue a las películas con este chico, la realidad es que siempre lo has tenido todo claro y no ha habido engaños ni medias verdades. 

En realidad, la mayor mentira que te has dicho a ti misma es que no ha habido nada más, porque sí que hubo y hay algo más, una conexión tan especial que te ha marcado lo suficiente como para seguir recordándola con cariño tras siete años y que en el fondo sabes que lo mejor es que no fuera a más, porque así nunca se podrá estropear…

Y dicho esto, ¿Qué tal mi alegato? ¿he pasado el tribunal? ¿puedo ser su novia ya?

Laura López