Jimena (Blanca Rodríguez) y Da (Carlos González) son todo lo que está bien, en una serie y en el mundo.
Te hablo ‘De todas las veces que nos enamoramos’, una de las últimas series de Netflix que si no has visto ya estás tardando. Y te hablo de dos de sus personajes, que además de tremendos actores, suponen un cambio en lo que a tratar la diversidad corporal en una serie española se refiere. Para mí, sin duda, un antes y un después.
Personas gordas que sencillamente existen, como las demás. Que trabajan, se enamoran, se equivocan, ligan, follan… ¡y hasta se embarazan! Protagonistas con cuerpos diversos que no se esconden bajo ropa ancha y oscura y conviven con otros normativos sin que sus kg sean el centro de la acción. Aquí lo importante es lo que Jimena y Da sienten y transmiten… ¡y joder cómo lo hacen! Hace tiempo que una serie no me hacía sentir tan en casa como esta (que esté basada en mi época universitaria también ayuda, claro). De verdad, pelitos como escarpias algunas escenas y sobre todo risas, muchas risas. De esas que te alegran un día de mierda.
A veces siento que es triste tener que celebrar cosas como que una serie trate con normalidad la diversidad corporal. Pero llegados a este punto y tras tantísimos años de lucha, he decidido que prefiero saborear cada pequeño avance y disfrutar por mi versión adolescente que nunca tuvo un referente gordo en la ficción española con la que identificarse.
Me ha gustado tantísimo el tandem que forman estos dos, que ojalá una serie basada en ellos. Porque ese será el siguiente paso, que los gordos, además de acompañar, también podamos contar nuestra historia como protagonistas.
Cuando la veáis me contáis.
PD: Que Blanca sea una de nuestras Loversizers desde hace ya muchos años es motivo de mayor orgullo todavía. ¡Enhorabuena de todo corazón!