Ya iba tocando, ¿eh? 20 y muchos años de andar a la gresca. Desde que tengo uso de razón os he mirado con poco aprecio, con disgusto en muchas ocasiones, incluso con asco, lo confieso, en tantas otras. Y ya está bien. Es injusto, es irracional, es dañino….basta.

Hoy me planto.

Hoy vamos a hablar, queridas piernas.

Me siento hoy para haceros una propuesta. Una declaración de paz. Para enterrar mi hacha (o irlo intentando) y dejarme de ataques. Lo más dañinos de todos, los míos propios.

Me conocéis bien y sabéis que esto no será una cosa de hoy para mañana. Que caeré y recaeré en muchas de las cosas que ahora voy a comprometerme a no repetir. Pero por favor, tened paciencia. Es un camino largo. Y la sociedad no nos educa  las mujeres para aceptarnos, todo lo contrario, alimenta una lucha encarnizada contra nosotras mismas que es muy rentable en términos económicos y muy arraigada en nuestras mentes.

Lleváis toda la vida conmigo. Me habéis permitido caminar hacia mis objetivos, saltar de alegría, agacharme para jugar con mis niños, bailar…BAILAR. Una de las cosas que más amo en el mundo y que en gran medida se debe vosotras.Y va siendo hora de comportarme en consecuencia.

cual es la verdad

Prometo respetaros. Prometo aceptaros. Prometo trabajar para haceros más fuertes y sanas. pero no para luchar por un ideal inalcanzable que se aleja de la realidad y que aumenta mis complejos.

Prometo dejar de luchar por tener otro cuerpo y centrarme en sacar lo mejor del mío.

Prometo dejar de compararos con otras piernas, en una eterna balanza en la que siempre salgo perdiendo. Prometo dejar de analizar muslos ajenos (aydiosito, qué mal suena eso) solo para confirmar que son infinitamente más bellos que esta cosa detestable que tengo yo en su lugar.

Prometo dejar de miraros buscando defectos. Dejar de tratar de localizar obsesivamente una nueva marca de celulitis y observar la misma con repulsa, como si hubiese aparecido en mi piel un nauseabundo y putrefacto trozo de algo que debe ser eliminado. Está allí, no va a irse. No creo que consiga amarla, pero desde luego, dejaré de machacarme con tanta crueldad por ello.

Prometo dejar de esconderos y, especialmente, sentirme muy mal por mostraros. Prometo dejar de avergonzarme. Prometo dejar de pensar que no estáis a la altura, que afeais, que sois desagradables de mirar. Hacer comentarios ante los demás criticándoos o ridiculizándoos.

Prometo dejar de entrar a los probadores con la mirada censuradora predispuesta a culpabilizar. Dejar de consideraros defecto y pasar a valoraros como potencial. Dejar de hacer equivalente vuestro grosor,talla o «defectos»  a mi frustración e insatisfacción.

no lo hagas otra vez

Prometo intentar parar con esta obsesión de tantos años atrás y centrarme en todo lo bueno que podéis darme, que ya me dais.

Prometo hacer caminatas cada vez más largas que me descubran nuevos lugares.

Prometo compraros medias preciosas y daros cremita con amor.

Prometo seguir velando por vuestra salud y bienestar.

Prometo no escaquearme  de daros cañita cuando el profe de pilates no mira.

Prometo seguir brincando de alegría con cada cosa que me ilusiona.

Prometo seguir dejándome llevar con la música mientras sentís el ritmo hasta en el último poro de la piel.

Prometo caminar con fuerza, segura, convencida de lo que quiero lograr.

Queridas piernas, son muchos años ya de machaque, de insatisfacción y complejo. Ya toca la paz.

Gracias por todo lo que me aportáis. Y por sostener en lo bueno y en lo malo a esta mujer cabecica loca que a veces se olvida de valorar lo fundamental.

reverencia