Después del montón de entrevistas que he hecho a lo largo del último año, creo que puedo permitirme el lujo de dar algún consejillo, pero el primero y el más importante es: sé tú misma, en serio, no hay repuestas universalmente correctas.

Esto es así, a lo mejor mientes y respondes que sí, que te encanta el trabajo en equipo porque crees que es lo que se espera que respondas,  pero la realidad es que la entrevista es para un puesto de grabadora de datos en que la mayor parte del tiempo, trabajarás sola, así que la persona que te esté haciendo la entrevista, quizás te descarte por decir una mentira: que te encanta el trabajo en equipo.  Porque lo que ellos están buscando ahora mismo, es una persona que sepa trabajar sola y se sienta a gusto sin compañeros.

Este es sólo un ejemplo, el primero que se me pasó por la cabeza, porque a mí esa era de las preguntas qué más sudores fríos me provocaba. 

Soy tímida, perfeccionista, introvertida y me cuesta un mundo coger confianza, así que como supondréis, el trabajo en equipo me gusta más bien poco.  Es verdad que en ocasiones, hay tareas que se llevan mejor entre dos, pero por lo general prefiero trabajar sola y ser la única responsable de que mi trabajo salga adelante.

Cada vez que me lo preguntaban en una entrevista de trabajo, se me congelaba la sonrisa, un sudor frío me recorría la espalda y terminaba contestando un casi inaudible “humm sí, siii claro, el trabajo en equipo está bien”  ¿Que por qué? Porque pensaba que a todo el mundo le gustaría más contratar al perejil de cualquier salsa que a la rancia huraña que prefiere trabajar sola.

El primer error era ese: creer que todos los reclutadores del mundo buscaban perejil, y el segundo error y más grande si cabe: ¿por qué quería conseguir un puesto de trabajo en el que fuese imprescindible trabajar en equipo si no me gusta el trabajo en equipo?  Ayy amigas ¡¡qué mala es la inseguridad!!, pensaba que mejor un trabajo aunque no me gustase, a ningún trabajo.

Como cuando al principio de una relación tratas de impresionar mucho y haces cosas que ni te gustan ni te apetecen sólo para gustarle, y luego te frustras porque no sabes cómo decirle que era todo mentira.  Gracias a dios, en este tema ni me sentí nunca tan insegura como en el tema laboral, ni tuve tanta necesidad de gustar como para fingir ser alguien que no soy.

Sigo con los consejos de curro, que me desvío.

El primero es sé tú misma, y en realidad creo que todos los demás se pueden incluir aquí.

Otra cosa que solía hacer, era “disfrazarme” un poco, y con esto quiero decir que solía ir de tacones, pitillos y parte de arriba super discreta, cuando la realidad de mi día a día es que me vuelven loca los playeros y los pongo absolutamente con todo.  ¿Que los tacones me gustan?  Sí ¿Que los llevo en mi día a día para trabajar ocho horas seguidas? Ni de coña.

En la última entrevista que hice, salí por completo de mi zona de confort y fui con playeros y pantalones rectos.  ¿Y sabéis qué?  ¡que me contrataron!

Y además de los playeros rosas, me adelanté y les dije que el trabajo en equipo podía estar bien para ciertas tareas pero que en general me gustaba más trabajar sola.  ¡¡Olé yo!!

Así que, si tenéis alguna entrevista próximamente, relajaos y respirad hondo.  Sed vosotras mismas y defender vuestro CV lo mejor que podáis con una sonrisa, que si ese trabajo tiene que ser para vosotras, da igual que vayáis maquilladas como puertas o con la cara lavada, lo será.

La vetusta bloguera