No paramos de escuchar historias entre tus amigas, conocidas, en el foro, donde hay veces que no nos queda otra cosa que alucinar, y muy fuerte y en colores con las situaciones que nos podemos llegar a encontrar las mujeres frente al acoso descarado de muchos  y como en ocasiones, el primer mecanismo no es mandar a la mierda.

Y diréis, pues a mí eso no me pasa, a la mínima que un tío se me pone tonto lo mando bien lejos. Y esto puede que sea así en algunos casos, pero en la gran mayoría, todas y repito TODAS, nos hemos encontrado con situaciones desagradables que no hemos sabido cortar o que no hemos cortado a tiempo.

Pero ¿Por qué pasa esto?

No podemos perder de vista el contexto cultural y la gran influencia que tiene sobre las personas, y en concreto sobre las mujeres.

Desde bien pequeñas se nos inculca de una manera más o menos directa, el hecho de ser calmadas, sumisas, no llamar la atención, escuchar a los demás (muchas veces que antes de escucharnos a nosotras mismas) y un largo etcétera de situaciones que nos hacen anteponer a los demás a nosotras mismas.

Os pongo un ejemplo claro que a todas nos ha podido pasar en algún momento de nuestra vida. Si es verdad que es más probable que esto lo llevemos de una forma cuando somos más jóvenes a cuando vamos cogiendo experiencia y conciencia:

«Estas conociendo a un chico, y este empieza claramente a hacer insinuaciones sexuales, te habla de tu cuerpo, de lo mucho que le gusta determinada parte, de que practicas te gustan más o menos o cuales le gustaría hacer contigo y en ese momento tú claramente te estás sintiendo incómoda.»

Pero claro, lo primero que pensamos es que lo mismo estamos exagerando, que lo mismo esa conducta es normal y que yo estoy viendo cosas donde no las hay y que bueno es una forma más de ligar.

Pues no, en el momento que una persona, sea quien sea, te haga insinuaciones que a ti te resulten incómodas estás en todo tu derecho, primero de mandarlo bien lejos y segundo borrarle de tu vida para siempre.

El problema principal no viene de que a nosotras no nos educan para poner límites, algo que sí es necesario, pero lo principal es enseñar también qué conductas no son aceptables y no se deberían hacer.

Es decir, no es tanto la cosa de que yo te sepa mandar a la mierda cuando te sobrepasas conmigo, si no que tú mismo entiendas que eso que estás haciendo, no está bien y punto.

Recuerdo ejemplos muy claros que le pasaron a las mujeres de mí alrededor o incluso a mí misma, y en el foro casi a diario podemos leer a chicas que sienten que están viviendo una situación desorbitada, pero sienten que deben preguntar antes por si estaban exagerando.

Ayer en concreto una chica hablaba de que había conocido a alguien por Tinder,  y que él sin casi mediar muchas palabras rápidamente llevaba la conversación a la parte sexual, y al decirle que ella no había tenido nunca relaciones el tío desapareció, para reaparecer a los meses preguntando si había follado ya, ¡así tal cual!

Ante esta situación la chica preguntaba si esto era normal, o qué podía hacer.

Muchas le decían que no entendían como aun no le había bloqueado o que pasara de él como de comer mierda, que es lo que deberíamos hacer todas ante este tipo de situaciones. El problema es que no nos educan para hacer frente a este tipo de comentarios, llegando incluso a sentirnos mal por si lo hemos provocado de alguna forma.

Os pongo más casos, a una amiga mía, le entró el típico tío por instagram, ella no le dio mucha bola desde el minuto cero, pero este ser, un día consideró que tenía todo el derecho del mundo a decirle lo siguiente:

“perdona que te diga esto  y espero no molestarte, pero es que tienes unas manos preciosas, verás yo es que soy algo así como fetichista y me encantan las manos, espero que no te moleste preciosa”

Ante semejante situación ¿Cómo coño te quedas? Mi amiga que ya tiene unos cuantos años y ha tenido más de una situación de este tipo, le dijo al tío de primeras que le estaba incomodando, que estaba totalmente fuera de lugar y que no le iba a dar tiempo ni a que le dijera que lo sentía porque le iba a bloquear, pero que antes de eso le mandaba ese mensaje para que se diera cuenta de lo fuera de lugar que estaba.

Después hablando de este suceso, ella me reconoció que no solo le jodió el mensaje, que sin saber cómo ni por qué se sintió mal con ella misma por poner en su sitio a semejante asqueroso, ya que por un momento se le cruzó el pensamiento de “estoy exagerando o malinterpretando esto” cuando era una situación clarísima.

En otra ocasión otra amiga, venía sintiéndose muy mal porque ella trabajaba en  una autoescuela, y uno de los tíos que iba allí a sacarse el carnet se ponía a hablar mucho con ella, cogieron confianza e incluso hablaron de temas como el sexo (nada de gustos en particular).

Bien pues este tío un día a la salida del trabajo de esta chica la siguió, se metió en el coche con ella e intentó besarla y meterle mano. Ella consiguió gritar y como pasaba alguien por allí, el cabrón salió por patas, pero ahora os pregunto ¿Quién os creéis que se sintió culpable? ¿Quién pensó que había dado indicios para eso? ¿Quién pensó que lo mismo estaba exagerando?

Efectivamente, ella y solo ella.

Todavía hoy en día cada vez que le pasa algo a una  mujer, sea malos tratos, divulgación de sus fotos y vídeos, o incluso su asesinato, siempre habrá alguien, siempre, que la culpe a ella de alguna forma.

Por lo que, no se trata de que las mujeres no sepamos poner límites, viene muy influido por lo que nos enseñan y por lo que vemos.

Al final se trata de que todos entendamos que hay límites que no se pueden sobrepasar, y que si lo haces, estos tendrán consecuencias. No temas el hecho de poner a la gente en su sitio y hacerles ver que te hacen sentir mal si así te sientes, al principio cuesta un poco más pero luego verás cómo te hace sentir mucho mejor. Nadie tiene el derecho de hacerte sentir mal e incómoda.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

correo: [email protected]     instagram: @aidavallesconsulta_